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El futuro se llama H2

Enrique López Magallón27 de octubre de 2006

La Feria del Hidrógeno y las Celdas de Combustible H2Expo, que se desarrolló en Hamburgo, puso de manifiesto la importancia de estos dos elementos en la generación de energía alternativa.

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Visitantes a la feria admiran un pequeño sistema a base de hidrógeno.Imagen: Katrin Neuhauser

El hidrógeno es 14 veces más ligero que el aire. Una de sus ventajas consiste en que puede obtenerse de muchas maneras; por ejemplo, a partir del gas natural, la bencina o el metanol; también del carbón, la energía solar, la energía eólica, e incluso la geotermia. El hidrógeno puede ser almacenado de numerosos modos, que no requieren de medidas especiales de seguridad. Por todo ello, una de las conclusiones de la feria es que el hidrógeno sigue siendo, para muchos, la fuente de energía del futuro. Diferentes mesas de trabajo abordaron temas relacionados con la obtención, almacenamiento, infraestructura, seguridad, y, sobre todo, con las aplicaciones prácticas del uso del hidrógeno como combustible.

El H2 en la vida diaria

El hidrógeno (cuya nomenclatura química es H2) podría cambiar por completo algunos aspectos de la rutina diaria, en combinación con las celdas de combustible. Éstas son artefactos cuyo tamaño puede variar según la aplicación, y operan mediante los mismos principios que una batería común. Son capaces de generar electricidad sin combustión de por medio, con la diferencia de que su rendimiento es mucho más eficiente.

Chrysler in Nöten
La industria automotriz sufrirá grandes cambios con el uso del hidrógeno.Imagen: AP

Así, en un futuro cercano podríamos ver un auge en el uso de pequeñas celdas de combustible a base de hidrógeno; por ejemplo, en aplicaciones para telefonía celular o en el ámbito de la computación. Estas baterías para teléfonos o computadoras portátiles podrían ofrecer hasta el triple de tiempo útil que las actuales y se recargarían en unos cuantos segundos.

Las posibles aplicaciones del hidrógeno a los medios de transporte también son muy diversas. Un kilogramo de hidrógeno produce tanta energía como 2,1 kilogramos de gas natural, o 2,8 kilogramos de bencina. Desde automóviles hasta aeronaves o barcos pueden, así, utilizarlo como combustible. En los primeros, este uso tiene más ventajas; por ejemplo, un mayor torque y un excelente desempeño en la aceleración.

Más calidad de vida

A la larga, la aplicación masiva del hidrógeno conducirá al mejoramiento de la calidad del aire, e inclusive a una reducción sustancial de la emisión de ruidos. Con estos dos factores, la calidad de vida en las grandes ciudades aumentará de manera considerable. Por si todo esto fuera poco, el uso del hidrógeno no es más peligroso que el de los combustibles a base de gasolina, diesel, o gas licuado de petróleo.

Junge mit Handy
Las baterías de teléfonos portátiles podrían durar mucho más, alimentadas por hidrógeno.Imagen: AP

El hidrógeno puede transportarse en camiones o a través de ductos. Para el uso en los hogares, sobre todo en países donde se requiere calefacción por tiempo prolongado, este elemento puede distribuirse a través de la instalación casera para el gas, para lo cual se requiere un mínimo de adaptaciones.

A la Feria H2Expo asistieron además representantes de otras ramas industriales en las cuales la aplicación del hidrógeno es prometedora, como la del transporte aéreo y espacial. En conjunto, todas ellas podrían hacer una contribución sustancial al desarrollo sustentable. Y, claro está, también esperan sondear las posibilidades del que podría ser uno de los grandes mercados del futuro en materia de energía.