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Contra los molinos de viento

mb21 de abril de 2004

Dos noticias vuelven a colocar al ministro alemán de Ecología, Jürgen Trittin, y a sus medidas en pro del medio ambiente en la mira de la crítica de los economistas y los "realistas" de entre la opinión pública.

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Ecología vs. economía, un gran dilema actual.Imagen: AP

Los molinos de viento necesarios para la producción de energía eólica irían en desmedro de valores culturales como la belleza del paisaje, además de que su eficiencia no está asegurada. El porcentaje de emisiones que el ministro verde pensaba permitir, con el fin de cumplir con los objetivos de Kyoto, fue duramente criticado y rebajado por el ministro de Economía y los industriales. Un proyecto para obligar a los conductores de coches con diesel (gasóleo) a utilizar un filtro que disminuiría la polución y las emisiones no ha despertado el entusiasmo del ministro de Finanzas, Hans Eichel. Dos noticias -una buena y una mala- vuelven a colocar esta primavera al ministro alemán de Ecología, Jürgen Trittin, y a sus medidas en pro del medio ambiente en la mira de la crítica de los economistas y los "realistas" de entre la opinión pública.

Wind power generators, Schleswig-Holstein, Germany, photo
Imagen: AP

La buena noticia

La buena: El Tribunal Constitucional en Alemania rechazó hoy varias demandas contra el impuesto ecológico promovido por el Gobierno roji-verde -que grava desde 1999 el consumo de energía para promover el ahorro energético y para financiar las pensiones, y consideró que esa ecotasa es conforme a la Ley Fundamental germana. Varias empresas de transporte de productos frigoríficos habían acudido al alto tribunal contra un impuesto que consideran injusto, pues su competitividad en el mercado se vería seriamente afectada. Sus argumentos no convencieron a los jueces de Karslruhe, que vieron en ellos un fundamento puramente económico. Y en cuestiones de economía -tanto para gravámenes como para subvenciones- la política tiene un amplio margen de acción, explicaron los magistrados.

La sentencia del Tribunal Constitucional fue recibida con satisfacción por el Gobierno, mientras que la oposición y la industria perseveraron en sus críticas. El ministro de Medioambiente, el verde Jürgen Trittin, consideró que la sentencia del alto tribunal confirma la legitimidad de una tasa que él considera como un instrumento efectivo y razonable del que sacan provecho por igual el medio ambiente y el mercado laboral. En el primer año de su aplicación, por ejemplo, el fisco recaudó 4.300 millones de euros. El ministro precisó que las excepciones en el pago de la ecotasa de las que disfrutan algunos sectores económicos equivalen a una subvención de 4.600 millones de euros al año. Además el cobro del impuesto habría traído consigo una reducción de las emisiones contaminantes en el tráfico de vehículos, concretamente del 2,5 por ciento sólo en 2003. La Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK) lamentó la sentencia, y políticos de la oposición calificaron el impuesto de "asesino de la coyuntura". Analistas no favorables al gobierno opinan que si bien la ecotasa ha representado una inyección monetaria para la caja de pensiones, el que se encuentre sobre los hombros de los conductores y los transportistas -pues han visto aumentar el precio de la gasolina en varias ocasiones- ha reducido la disponibilidad de la población a aceptar las necesarias reformas sociales.

Pero no llegó sola: la mala

La Comisión Europea exhortó al Gobierno alemán a modificar su legislación sobre los sistemas de depósito y devolución de envases desechables por infringir la libre circulación de mercancías en la Unión. El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, declaró que Bruselas no está convencida de esta normativa alemana, pues no cree que respete las normas comunitarias.

La ley-marco de la CE sobre envases estipula que los estados miembros deben introducir sistemas de depósito y devolución de envases que no creen obstáculos al comercio en la UE. Alemania no tiene aún un sistema de devolución eficaz a escala nacional que permita devolver dichos envases en cualquier punto de venta para recuperar el depósito abonado al momento de la compra. Numerosas tiendas han retirado de sus estanterías los productos con envases desechables, lo que aumenta los costes para los fabricantes, obstaculiza las importaciones de cerveza, agua mineral y refrescos procedentes de otros estados miembros, y supone más riesgos para el medio ambiente. Si Alemania no ofrece una respuesta satisfactoria en un plazo de dos meses, la Comisión podría recurrir al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.

Bundesumweltminister Jürgen Trittin
Imagen: AP

Todo parece indicar que el ministro Trittin no se ha ganado precisamente la popularidad con las medidas que ha implementado. Más allá de que sus adversarios políticos no vean con buenos ojos las medidas del gobierno roji-verde, dentro de las bancas de sus mismos correligionarios, las medidas verdes adoptadas y por adoptar se tienen por poco practicables por lo costosas, por lo menos a corto plazo. Los grandes enunciados como la lucha por reducir la polución para conservar el medio ambiente para las generaciones futuras no tienen mucho peso cuando del bolsillo de hoy se trata.