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Conservador en la cúspide del progreso

Jutta Wasserrab (EV)27 de julio de 2009

Uno habla poco bávaro, otro apenas alto alemán. Uno trabaja ante el ordenador, el otro con gallinas. Juntos personifican un fenómeno: ordenador portátil y pantalones de cuero, entusiasmo por lo antiguo y lo moderno.

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"¡Hemos infravalorado la mitad derecha del corazón!", dice Bernhard Mumm. El jefe de negocios del área tecnológica es el eje sobre el que se asienta la empresa muniquesa TomTec. Tras él bailotea en una pantalla plana negra la mitad de un corazón de color rojo vivo. El ventrículo derecho está torcido y se estrecha contra el ventrículo vecino. Trasladarlo con todo su movimiento a la pantalla no fue sencillo. Junto con sus 130 empleados, Mumm desarrolla imágenes por ultrasonido en tres dimensiones que se puedan girar. El corazón desde arriba y desde abajo, a elegir en pequeñas láminas o de una pieza. Ese tipo de imágenes son habituales en la tomografía de resonancia magnética, no en los ultrasonidos. Sólo unos pocos en el mundo pueden trasladar estos modelos ultrasónicos a las pantallas. La gente de Mumm puede.

Una advertencia a los prusianos

Deutschland-Portal Bayern Bauer und ein Forscher Mumm Mitarbeiter
Bernhard Mumm con un empleado.Imagen: Jutta Wasserrab

Mumm y TomTec son exactamente del gusto del gobierno bávaro: jóvenes, innovadores e internacionales. En su día, Baviera quiso acabar con la imagen de Estado pobre, conservador y pueblerino. Con éxito. La compañía Siemens fue la primera presa importante, cuando en 1953 se trasladó de Berlín a Baviera. Aquello fue un bálsamo para el alma de los bávaros, que tradicionalmente se hallan en rivalidad con los prusianos. Fue el primer ladrillo para el “Silicon Valley” bávaro de miles de empresas de alta tecnología, biotecnología y tecnología de información que hoy se concentran no sólo en Munich, sino también en Erlangen, Núremberg y Wurzburgo.

La tradición tiene sus límites

Los campesinos, sin embargo, se han mantenido: hay 3,5 millones de hectáreas de tierras arables, 160 las cultiva Anton Kreitmair. Aparte de una instalación de biogas, Kreitmair posee 700 gallinas y una tienda de productos agrícolas. Ha tenido que abandonar sus cerdos. “El olor”, dice.

Donde está el ganado están los votantes

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Gallinas en la granja de Anton Kreitmair.Imagen: Jutta Wasserrab

En el campo político no se registran novedades en Baviera. El partido conservador CSU ocupa el poder ininterrumpidamente desde hace más de 50 años. Y no es raro que consiga la mayoría absoluta en los comicios regionales. Y Kleinberghofen contribuye cada vez de forma sustanciosa. Los pueblos son el apoyo de los conservadores bávaros. Para los socialdemócratas, zonas como la de Kleinberghofen son terreno perdido. En Baviera sólo tienen posibilidades en las ciudades.

No todo sólo estereotipos

Si no en la política, cuando menos en el Oktoberfest. Allí se aglutinan pueblo y ciudad, “Mumms” y “Kreitmairs”. Lo que para muchas regiones de Alemania es el carnaval es para los bávaros el Oktoberfest, una especie de quinta estación del año. Una necesidad, considera Bernhard Mumm, de complacer a sus socios. Aguardan una excursión a la fiesta popular más legendaria de Alemania. Pertenece a la visita de Baviera lo mismo que la Hofbräuhaus –la cervecería más conocida de Baviera-, el codillo de cerdo –el plato bávaro más potente-, el Chimsee –lago más popular-, Zugspitze -la montaña más alta- y Neuschwanstein –el castillo más alegre de Baviera-. “Todo esto son naturalmente clichés, pero en parte se corresponde también con nuestra realidad”, resume Mumm ecuánime y ríe con picardía.

Fuerte sentimiento de país

Deutschland-Portal Bayern Bauer und ein Forscher Kreitmair Hühner
Anton Kreitmair alimenta a sus gallinas.Imagen: Jutta Wasserrab

Una realidad a la que, por otra parte, ni Kreitmair ni Mumm quieren poner fin. El granjero Kreitmair no puede imaginarse una vida sin su granja. Y una vida sin su “Stammtisch” –la mesa reservada para los clientes habituales- junto con la “Maß” bávara, la tradicional jarra de cerveza de un litro, tampoco. Bernhard Mumm tenía ya incluso un visado para los Estados Unidos en el bolsillo cuando la sede principal de TomTec fue trasladada a Chicago. En el último minuto, sin embargo, se lo pensó mejor y se quedó. Por los amigos, pero también por las montañas, los lagos y los placeres del paladar bávaros. Y la sede central de Tom Tec se la ha traído de nuevo para Múnich.