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Alemania pone los ojos en Libia

Emilia Rojas16 de octubre de 2004

En un viaje cargado de expectativas económicas e intenciones de abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, Gerhard Schröder alabó los cambios políticos que se han operado en Libia.

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Schröder en la tienda beduina de Gadafi.Imagen: AP

Al canciller Gerhard Schröder le ha correspondido ser el primer jefe de gobierno germano federal en visitar Libia. Ambas partes están, desde luego, interesadas en ese relanzamiento de los vínculos, cada una desde su perspectiva particular. Para Muamar el Gadafi, que desde que abjuró del terrorismo y renunció con bombos y platillos a premunirse de armas de exterminio masivo no ceja en su empeño de reinsertarse en la comunidad internacional, la visita de Schöder constituye un éxito más. Desde ya porque el canciller alemán subrayó los “cambios políticos” que se han operado en Trípoli, certificando que apuntan en la dirección correcta.

Acercamiento político con bemoles

En espera de recompensa occidental, el líder libio incluso calificó de “buenas” sus relaciones con Estados Unidos y aseguró que siguen mejorando. Eso no le impidió opinar que los estadounidenses deberían retirar cuanto antes sus tropas de Irak, cuya presencia es, a su juicio, causa de la violencia que sacude a ese país, según fuentes de la delegación que acompañó a Schröder. Ni plantear que los países árabes y europeos deberían configurar un polo de contrapeso a Washington. Algo que, lógicamente, el gobernante alemán se apresuró en descartar.

Con un anfitrión como Gadafi, las conversaciones políticas aún pueden tener sus bemoles. Pero el jefe de gobierno germano no se amilana tan fácilmente. Su divisa es mirar hacia adelante y así lo hizo notar en Trípoli abogando, por ejemplo, porque Libia continúe sus reformas en pos de la economía de mercado y fortalezca sus relaciones con la UE, en el marco del llamado “proceso de Barcelona”, dirigido a los estados del sur del Mediterráneo. Igualmente manifestó que Berlín respalda las intenciones libias de integrarse a la Organización Mundial de Comercio.

Gerhard Schröder bei Muammar el Gaddafi
Mirada optimista hacia el futuro.Imagen: AP

Intereses económicos

Si de mirar hacia adelante se trata, precisamente el aspecto comercial y económico está en el foco germano. Schröder aludió a los “enormes recursos” que posee el país en cuanto a gas y petróleo, destacando su interés en diversificar las fuentes de abastecimiento energético. De hecho, Libia suministra algo más del 10% del crudo importado por Alemania y se sitúa en el cuarto lugar entre los proveedores, después de Rusia, Noruega y Gran Bretaña.

Gerhard Schröder bei Wintershall in Libyen
Schröder visita las instalaciones de la empresa alemana Wintershall.Imagen: AP

Subrayando la importancia del tema, el canciller alemán acudió a la puesta en funcionamiento de las perforaciones petrolíferas de la empresa Wintershall, filial de la BASF, en el desierto libio. Dicha compañía ha invertido ya más de 1.200 millones de dólares en el país y se propone incrementar dicha suma en otros 400 millones hasta el 2006. Pero no sólo el sector energético abre el apetito de los alemanes, sino también los planes de mejoras de infraestructura libios y, en general, las posibilidades que ofrece este mercado que se abre y que muchos comienzan a disputarse.