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Túnez: Occidente necesitará nervios de acero

17 de enero de 2011

El desarrollo de las protestas en Túnez y la formación de un gobierno de transición con seguidores del dictador Ben Ali, así como la postura de Europa y EE. UU. ante los sucesos son comentados por la prensa.

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"EE. UU. y Europa no deben apoyar regímenes dictatoriales".Imagen: AP

The Independent, de Londres: “Si bien Túnez es uno de los países más pequeños de África del Norte, el espíritu de revuelta que se manifestó allí podría contagiar al resto de la región. Casi todos los países sufren de los mismos males: regímenes corruptos y represivos que hacen caso omiso de las necesidades de los ciudadanos, graves desequilibrios sociales y económicos, un alto costo de vida y una elevada cuota de desempleo entre los más jóvenes. Sería demasiado prematuro pensar que en el norte de África por fin se está produciendo un cambio, o que todo va a mejorar. Se pueden producir más episodios de violencia, puede haber más disturbios y más represión militar antes de que la situación mejore. Y Occidente, en su rol de observador, va a necesitar nervios de acero.”

"Francia haría mal en dictar el camino a seguir"

Le Figaro, de París: “Hay que reconocer la mesura del Ejército tunecino en estos días históricos. Se debe poner coto a los intentos de desestabilización de los provocadores y hay que mantener activa la economía. Poco a poco, la población se organiza y toma las riendas de su destino. Al mismo tiempo, parecería esbozarse una transición política. La organización de las elecciones generales depende de la formación de un gobierno de unidad nacional, que deberá ser representativo. En vista de la política que ha llevado a cabo hasta el momento, Francia haría mal en dcitar el camino a seguir. París reaccionó a la brevedad distanciándose bien claramente del presidente derrocado y sus adeptos.”

"Europa y EE. UU. deben negar apoyo a dictaduras"

Salzburger Nachrichten, de Salzburgo: “Creer que los países sometidos a regímenes dictatoriales van a rebelarse y a expulsar a sus élites corruptas es apresurado. Por un lado, todos los grupos opositores de los países árabes están debilitados por la represión y las persecuciones. Faltan estructuras que posibiliten su participación en las decisiones políticas. A lo sumo, cuentan con el apoyo de las masas de manifestantes. Por otro lado, es de temer que los potentados y autócratas de esos países endurezcan ahora aún más sus aparatos de seguridad para ahogar cualquier brote de rebelión antes de que se produzca, aunque con eso sólo estén ganando tiempo. Es en ese punto donde Europa y EE. UU. deberían comenzar a actuar negando todo apoyo a los que hacen uso de la brutalidad para mantenerse en el poder.”

"Islamistas tienen apoyo del pueblo tunecino"

Tagesspiegel, de Berlín: “Ni el presidente interino Mebazaa, ni el jefe de Gobierno Ghanouchi, cuya tarea es conducir la transición hacia un futuro democrático, representan un cambio. Son fieles seguidores de Ben Ali y la población los considera igualmente corruptos y poco creíbles. Por el otro lado, existe una oposición domesticada por Ben Ali. Las fuerzas democráticas, que hasta ahora no forman parte del aparato estatal que todo lo dirige, necesitan tiempo para constituirse. Para lograr de verdad un nuevo comienzo, tampoco se podrá ignorar al partido islamista moderado Ennadhdha, que fue la mayor fuerza opositora en Túnez antes de su prohibición, hace 20 años. (…) Y, aunque Occidente no quiera admitirlo, los islamistas cuentan aún con el apoyo del pueblo tunecino.”

CP/dpa

Editora: Emilia Rojas-Sasse