Tango en Berlín
6 de noviembre de 2002
Ni se baila con una rosa entre los dientes, ni bailan sólo bellezas de cabello negro azabache moviendo lascivamente las caderas. La alegría latinoamericana tampoco es justamente la disciplina reina de los alemanes. Aun así, Berlín se ha establecido después de Buenos Aires, como metrópoli del tango. El que guste puede cada noche de la semana lanzarse a conquistar la pista con una de las muchas milongas. El encanto del tango y su atmósfera especial atrae a mucha gente a los salones a los salones de Tango de Berlín.
El tango hay que vivirlo
Es difícil hablar o escribir sobre el tango, el tango hay que vivirlo. Así lo dicen por lo menos los tangueros y tangueras de Berlín. Muchos de ellos son tan adictos a esta baile que se encuentran en constante viaje por Alemania y Europa para asistir a uno de los muchos talleres. Incluso hay quienes invierten hasta el último centavo para ir a bailar tango a Buenos Aires. El mundillo del tango berlinés es tan múltiple y variado como la ciudad misma.
Un baile inmoral
A diferencia de Argentina, en donde el tango es sinónimo de melancolía, sufrimiento y alegría todo a la vez, en Berlín la ola del tango comenzó siendo simplemente diversión y entretenimiento. En su variante europea el tango era a principios de la década de los 20 del siglo pasado un baile inmoral, por lo que el emperador Guillermo II lo prohibió en 1913. Sin embargo la prohibición no fue respetada por mucho tiempo. Hacia principios de la década de los 30 el tango era parte integrante del repertorio de los casi 900 salones de baile de la ciudad. Después de la guerra fue olvidado s desbancado por el rock and roll. Fue hasta la década de los 80 cuando se redescubrió como algo exótico. Y con la caída del muro registró un verdadero auge.
Sólo hay más en Buenos Aires
A decir de muchos berlineses amantes del tango, este baile refleja el sentir de la ciudad. Muchas almas solitarias se juntan por poco tiempo a bailar tango, para partir después de unas horas de compañía al son de las milongas nuevamente en soledad. El tango se ha convertido en parte de Berlín. La gran oferta de música, las tiendas especializadas en zapatos y atuendos; en Berlín se obtiene todo lo que requiera el amante del tango, una oferta que posiblemente no se encuentra en otra ciudad a parte de Buenos Aires.