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“Sólo quería darle una muerte hermosa”

eu.27 de enero de 2004

La fiscalía pide cadena perpetua para el llamado caníbal de Rotenburgo, el alemán que presuntamente asesinó y devoró a otro hombre al que conoció vía Internet. Su abogado apela a favor de una condena apropiada.

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Un caso sin precedentes en la historia criminal alemana: Armin Meiwes, ante el tribunal de Kassel.Imagen: AP

El tribunal de Kassel que procesa el caso del caníbal de Rotenburgo, deberá dar el próximo viernes un veredicto sobre un caso sin precedentes en la historia criminalística alemana. Lo que los jueces deberán decidir es si fue asesinato o fue homicidio a pedido de la víctima. La fiscalía demandó este lunes cadena perpetua a Armin Meiwes, argumentando que sacrificó a su víctima y la descuartizó como si fuera una res, degradándola a simple objeto de su albedrío. El fiscal, Marcus Koehler, dijo estar convencido de que el acusado de 42 años mató, descuartizó y devoró al ingeniero berlinés, Bernd Juergen Brandes, un año mayor que él, para satisfacer sus deseos sexuales.

Meiwes filmó los hechos ocurridos la noche del 10 de marzo del 2001 con una cámara de video en el que encarna el papel de carnicero. Las imágenes del ritual, que grabó íntegramente, las utilizó después para revivir su fantasía mientras se masturbaba, como confesó el mismo acusado. “Para él no fue relevante el hecho de que el experto en cómputo de Berlín padeciera de una distorsión de personalidad y que por ello su capacidad de juicio fuera limitada”, dijo Koehler. El fiscal concluyó que no se trata en este caso de un homicidio a pedido de la víctima, pues el principal móvil del crimen no fue cumplir el deseo de morir de ésta, sino la obsesión de Meiwes de descuartizar a un hombre.

Perturbar el descanso de los muertos

Opfer des Kannibalen
Imagen policiaca de la víctima.Imagen: AP

Además de la acusación de asesinato, el fiscal imputa a Meiwes otra pena prevista por el código penal alemán: el perturbar el descanso de los muertos. Su víctima no era otra cosa para él que un fetiche de carne masculina, una víctima que se ofrecía a ser descuartizada. A Meiwes no le interesó su víctima como persona, tan sólo la utilizó como juguete para satisfacer su apetito sexual. Según el alegato del fiscal, la víctima en cambio, sufría de un masoquismo extremo y de fantasías autodestructivas. Meiwes ignoró esto para poder satisfacer sus deseos. Cuán enferma haya estado su víctima fue para él irrelevante, lo que a Meiwes le interesó fue que se ofrecía voluntariamente a ser descuartizado.

En su argumentación el fiscal no adjudicó a Meiwes el agravio de culpabilidad grave. Esto significa que de ser condenado a la máxima pena, el inculpado sería puesto en libertad después de 15 años o menos.

Kannibale Armin M
Foto privada de Armin Meiwes.Imagen: dpa

Sus fantasías siguen persiguéndole

Por su parte el abogado de Meiwes, Harald Ermel, pidió al tribunal una pena adecuada para su cliente, argumentando que mató y devoró a su víctima con el consentimiento de ésta. “Meiwes no es un hombre violento que mató motivado por el deseo de vivir una situación de poder sino que actuó siguiendo su deseo de ingerir carne humana”, dijo el letrado.

El acusado tuvo oportunidad de pronunciarse sobre el proceso y dijo que él sólo quiso dar una hermosa muerte al ingeniero que quería ser matado y devorado. También aseguró que no quiere matar a nadie más aunque sus fantasías caníbales sigan persiguiéndole. Según las investigaciones sobre el caso, no se ha podido determinar con seguridad si el ingeniero berlinés fué su única víctima, ya que al parecer otros 204 aspirantes habían respondido a los anuncios de Meiwes, algunos de los cuales no han podido ser identificados todavía.