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Stuttgart: spätzle, trollinger y buenos zapatos

Pía Díaz8 de junio de 2006

Precisamente porque en Stuttgart todo es "bueno y bonito", se puede vivir una aventura sensorial.

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Stuttgart - vista del centro de Stuttgart desde el Cube

Stuttgart es una ciudad que es fácil conocer a pie. La capital de los suabos, como se llama a la gente de esta región, no tiene grandes rascacielos ni gigantescas autopistas. En cambio tiene baños minerales con piscinas para gente de todas las edades y temperamentos, parques con enormes castaños y lagos con las típicas terrazas para beber cerveza, biergärten. Y una gran vida cultural.

Sentirse estafada

La primera vez que caminé por el centro de Stuttgart me sentí estafada. ¿Era esto todo lo que la ciudad tenía que ofrecer? El centro es una gran zona peatonal que se expande desde la plaza -en la que se ubican el nuevo y el viejo castillo- en todas direcciones, unas cuatro cuadras.

Stuttgart - Biergarten en Schlossgarten
¿Una cervecita? En Schlossgarten

Para el ojo inexperto de esta latina oriunda de una capital en la que viven cinco millones de personas, la falta de ruido y tanto cerrito verde y casitas con tejas rojas era bueno, bonito, pero aburrido.

Una aventura sensorial

Hoy en cambio puedo asegurar que justamente en Stuttgart uno puede vivir una gran aventura sensorial y cultural. El viejo castillo ofrece, además de un museo sobre la historia de la región también, conciertos los viernes al mediodía, un agradable respiro del calor y de la muchedumbre que se reúne a descansar en los jardines. Igualmente la iglesia Stiftskirche ofrece al atardecer del viernes algún recital ya sea de algún coro u organista de renombre mundial. Y para los que tienen mayor presupuesto la ópera de Stuttgart es una de las mejores del mundo. El mercado central, situado a pasos del castillo, tiene tanto restaurantes como la posibilidad de obtener frutas y quesos de prácticamente todo el mundo.

Arte moderno y cerveza

En la misma zona está ubicado el nuevo museo de arte contemporáneo que tiene obras de Otto Dix y otros famosos. El café en su exterior es uno de los lugares favoritos para sentarse tranquilamente a tomar algo y ver la gente pasar. Pero no deje de visitar su interior. Puede subir gratis hasta el Cube Restorán desde donde se tiene una de las mejores vistas panorámicas del centro. Siguiendo el paseo peatonal o caminando por los jardines del Schlossplast se llega al Biergarten más grande de la ciudad. Es la oportunidad para comer codillo de cerdo asado, schweinehaxe, y salchichas. También los famosos bretzels, el pan típico del sur de Alemania. A propósito, hay casetas que venden bretzels en el centro, quizás la única comida que cuesta menos de un euro. Y si quieren bretzels con historia deberán ir a Botnang, donde está la panadería Klinsmann, que tienen los padres del actual entrenador del seleccionado alemán.

Stuttgart - vendedora de Bretzels en la avenida
Vendedora de Bretzels en la avenida peatonal

Buena comida en la zona roja

Para degustar buena comida suaba, vayan al Bohnenviertel, que además de acoger la zona roja de la ciudad, es donde están algunos de los mejores restoranes típicos de la región que ofrecen una particular receta de riñones al jerez hasta los típicos Spätzle, la respuesta suaba al spaghetti.

Fuera del mundanal ruido

Los viñedos en Stuttgart llegan hasta el centro de la ciudad. De ahí que también se celebre la tradicional Fiesta del Vino, donde los viticultores de la región venderán sus productos, sobretodo el Trollinger, un vino un poco ácido típico de esta zona.

Pero si lo que quiere es arrancar del mundanal ruido, súbase al bus 44 o suba por las escaleras hasta el jardín chino, Chinagarten, situado al costado de un viñedo. Y si le gusta la arquitectura, llegue hasta el final de la calle Birkenwald (paradero Kunstakademie). Allí se encuentra la famosa población Weissenhof, diseñada por los padres de la arquitectura moderna bajo el mando de Mies van der Rohe y un museo que explica su obra.

Ahí está a un paso de mi parque favorito, el Killesberg. Allí también hay varios biergärten, más pequeños pero también situados idílicamente entre enormes castaños y lagos. En un costado hay un tiovivo que funciona desde principios del siglo pasado.

En Killesberg se encuentra uno de los lugares más de moda para bailar, el Perkins Park. Pero si busca música latina y otros ritmos de moda el lugar para ir es el Zapata, un club que desde los 90 se mantiene como uno de los lugares populares de la noche de Stuttgart. Mi bar favorito es el Ackermanns, que ofrece más de cien tipos de whisky y buen ambiente y al que se puede llegar a pie desde el centro. Para los más intelectuales está el Rosenau, que ofrece shows y lecturas de poesías.

Mercedes-Benz Museum in Stuttgart
Museo Mercedes Benz en StuttgartImagen: picture-alliance/dpa

A la mañana siguiente vaya a uno de los baños minerales para recuperarse. No se arrepentirá. Después de Budapest, Stuttgart es la ciudad con la mayor cantidad de fuentes termales de Europa. Así que traiga un par de zapatos cómodos y descubra todo lo que esta ciudad tiene que ofrecer.