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¿Podemos querer a un "perro" electrónico?

Pablo Kummetz31 de agosto de 2004

El perro se llama AIBO y es un producto de la empresa Sony. Investigadores en Alemania se han propuesto verificar hasta qué punto seres humanos desarrollan relaciones emocionales con interlocutores artificiales.

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El perro robot: ¿el mejor amigo del hombre?Imagen: SONY MARKETING INC./AP

Un equipo de investigadores de la comunicación de la Universidad de Erfurt, Alemania, en torno al Dr. Friedrich Krotz estudian hasta qué punto y bajo qué condiciones personas desarrollan con robots relaciones sociales que vayan más allá de un simple contacto.

El AIBO es un "perro" electrónico, cuya tercera generación salió a la venta hace poco. El "perro", explicó el Prof. Krotz a DW-WORLD "no es más que una envoltura física (hardware) con "entendimiento" (software), a través del cual puede moverse, "pensar" y expresar atributos similares a los vitales, tales como "sentimientos", "instintos", "aprendizaje" y "crecimiento".

A la pregunta de si la "inteligencia" del robot podía compararse por ejemplo con la de un niño pequeño, Krotz manifestó que "hay que tener cuidado con ello, porque en realidad se trata de un aparato que sólo parece accionar y pensar como un ser autónomo, sin hacerlo realmente."

Un robot que "aprende"

No obstante, prosiguió, el software no es estático, sino que está en condiciones de "aprender" a partir de la interacción con las personas, por lo que la apariencia de "inteligencia" bien puede engañar al interlocutor humano.

No obstante, resaltó Krotz, "las personas que entran en interacción con el AIBO bien pueden distinguir entre el robot y un ser humano, más teniendo en cuenta que el perro no tiene por ejemplo un pelaje artificial, sino que es reconocible a primera vista como aparato técnico de metal y plástico, con numerosos botones y luces".

Cuando a AIBO se lo acaricia, sensores lo registran y el perro reacciona prendiendo luces verdes o moviendo la cola. Si el robot se "disgusta", se prenden luces rojas y si se "alegra", verdes. Además de un status de "adulto", el perro también tiene un status de "cachorro", llevando en ese caso semanas "educarlo".

¿Sentimientos y emociones?

El comportamiento del robot no es, sin embargo, predecible. El software está programado con un generador de comportamientos casuales, si bien combinado con reacciones "aprendidas", lo que tiene como resultado comportamiento "lógicos" pero no siempre previsibles. Los estados "emocionales" de AIBO no son naturalmente reales, sino interpretaciones de los seres humanos a partir de las reacciones de la máquina.

La tarea que se ha planteado el equipo de investigadores es determinar si los seres humanos desarrollan sentimientos y emociones al relacionarse con el aparato. Los resultados de la investigación serán difundidos en un informe público.

Los investigadores no han coordinado sus actividades con la empresa Sony, sino que sólo han tomado el producto como base para sus experimentos. Una aplicación práctica de los resultados puede ser el empleo del aparato para hacer de acompañante de personas de edad, minusválidos o niños. Objeto de la investigación serán también los problemas éticos derivados de una relación hombre-máquina de ese tipo.