Ola de huelgas de empleados públicos en Alemania

Los sindicatos de empleados estatales comienzan en Alemania jornadas de huelga. Las empresas municipales de transportes y aseo público, hospitales, empresas de agua potable, el Ejército, guarderías y jardines de infancia se ven afectados en varios estados federados; en la primera jornada, sobre todo en Baviera y Baden-Württemberg. Los sindicatos exigen un aumento del 5 por ciento en un paquete de salarios y bonificaciones.

Tanto Gobierno federal como los municipios responden que las arcas están vacías debido al alto endeudamiento estatal y a la recesión. A esta postura y dado que una segunda ronda de negociaciones concluyó sin una oferta por parte de los empleadores, los sindicados responden con una ola de huelgas preventivas. Paulatinamente se irán plegando a ella diversos puntos y ramos del país hasta el 10 de febrero.

No paraliza pero se siente

La población alemana sentirá la situación. Sobre todo en lo que a transporte público se refiere. En plena crudeza del invierno no será agradable esperar más de lo imprescindible en una estación helada. Con todo, los sindicatos son condescendientes con sus conciudadanos y han previsto que los servicios de aseo de calles y rutas –una actividad que salva vidas en plena temporada de nieve y hielo- sí desempeñen sus labores. En los hospitales se han pospuesto las operaciones y los tratamientos que pueden esperar y las oficinas de los ayuntamientos permanecerán cerradas.

Sin embargo, la huelga no paraliza a Alemania. Está pensada, eso sí, de manera que se sienta que el servidor público no está contento con sus ingresos. Esto, para un trabajador “normal” de la empresa privada –que puede ser despedido con más facilidad que los funcionarios- es algo duro de entender. “Con la seguridad del puesto de trabajo tampoco se puede comprar el pan en la panadería”, explica en entrevista a Deutschlandfunk Frank Stöhr, negociador de los empleados estatales.

“Es un día de huelga por municipio”, explica Stöhr añadiendo que esta medida “no está orientada contra del ciudadano sino que busca que los empleadores cedan al fin, en una tercera ronda de negociaciones”. Que la situación en los planteles municipales de primera infancia no es rosa ya lo había puesto de manifiesto la anterior ola de huelgas en la primavera de 2009: el personal a cargo de los niños más pequeños trabaja jornadas demasiado largas, en malas condiciones y con exceso de niños.

El punto es que dada la mala situación de las cajas estatales –de no haber presión sindical- para los empleados públicos no se preveía aumento ni compensación alguna a diferencia de otros ramos de la empresa privada.¿Deberían renunciar a eso los empleados estatales dada la seguridad de su puesto de trabajo, debido a la crisis generalizada y teniendo en cuenta que, en comparación, les va mejor que a otros? “No vemos el porqué”, responde el líder sindical Frank Bsirske.

Así, en el primer día de huelga preventiva, 22.000 empleados públicos no han acudido a su puesto laboral, la mitad de ellos en Baviera. En Renania del Norte Westfalia, el jueves se sentirá la presión sindical: los aeropuertos de Colonia-Bonn y Dùsseldorf no funcionarán como de costumbre, tampoco los servicios municipales ni la recolección de basura.

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Editor: Emilia Rojas