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Nobel para Xiaobo: paz y derechos humanos

8 de octubre de 2010

La Academia Sueca destaca que la paz está estrechamente ligada al respeto a los derechos humanos. Por eso otorgó el Nobel a Liu Xiaobo, disidente chino, cuyo motor siguen siendo los muertos de la Plaza Tiananmen en 1989.

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Liu Xiaobo, premio Nobel de la Paz 2010.Imagen: AP/Kyodo News

El disidente chino Liu Xiaobo ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz; el Comité Noruego del Nobel, convencido de la estrecha conexión entre derechos humanos y paz, alabó a Liu por su "larga y pacífica lucha por los derechos humanos en China".

Tan pronto se dio a conocer la noticia, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, declaró: “La decisión del comité del Premio Nobel de la Paz representa un fuerte apoyo para todos aquellos en el mundo que, a veces con gran sacrificio personal, luchan por libertad y los derechos humanos. Estos valores son el núcleo de la Unión Europea y la decisión del comité subraya su importancia en el mundo”.

Décadas de lucha y rejas

Thousands of people raise candles during a candlelight vigil at Hong Kong's Victoria Park Friday, June 4, 2010, to mark the 21st anniversary of the June 4th military crackdown on the pro-democracy movement in Beijing. (AP Photo/Vincent Yu)
Manifestación en Hong Kong por el 21 aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen.Imagen: AP

Desde hace decenios, Liu Xiaobo es uno de los críticos más conocidos del aparato del poder comunista en China; desde hace casi dos años se encuentra nuevamente privado de libertad. Su primera estancia en la cárcel siguió a la cruenta represión del movimiento democrático chino en 1989:

“Iba en bicicleta a casa; era cerca de medianoche. Un automóvil me perseguía por la calle y me obligó a parar. Un grupo de personas bajó. Me vendaron los ojos, me golpearon y me metieron a la fuerza al vehículo. La atmósfera era intimidante. Tenía miedo. No tenía ni la menor idea de a dónde íbamos. Pensé que me llevarían a algún lugar y me matarían”, recordaba Liu Xiaobo en una entrevista concedida en 2007 a la cadena alemana ARD.

Xiabao, especialista en literatura, tomó partido en 1989 a favor del movimiento estudiantil que pedía una democratización de China y esto le costó dos años de encierro; no obstante, no lograron quebrar su voluntad.

Otras estancias en prisión siguieron en 1995 y en 1996; las víctimas de la Plaza de Tiananmen seguían siendo su motor: “Mucha gente inocente fue asesinada el 4 de junio. Creo que como sobreviente tengo que luchar por los muertos para que se haga justicia. La obligación moral que siento hacia ellos no me abandona”.

A finales del año 2008, Liu Xiaobo volvió a la carcel: el día de los 60 años de la declaración de los derechos humanos había promovido y publicado la Charta O8, un manifiesto a favor de la modernización de su país, en el que se exigía división del poder, libertad de opinión y competencia libre entre los partidos políticos. Su esposa Liu Xia declaró hace pocas semanas que en ese momento ella sabía que el Partido Comunista se lo haría pagar caro:

“Muchos habrían desistido, pero Xiabo tiene una voluntad férrea. Cuando cree en una meta, irá en esa dirección aún cuando sepa que nunca la alcanzará. Tiene en sí mismo algo increíblemente terco”, contaba su esposa.

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Norwegen China Friedensnobelpreis 2010 an Liu Xiaobo Flash-Galerie
Liu Xiaobo, profesor de literatura y miembro de honor del PEN ClubImagen: picture alliance/dpa

Riesgo asumido

Entretanto, más de 10.000 chinos han firmado el documento, por el cual en la Navidad de 2099 Liu Xiaobo fue condenado a 11 años de prisión por subversión. Las palabras que pronunció en agosto de 2007 en el lobby de un hotel en Pekín suenan ahora proféticas: “Al perfil profesional del disidente pertenece el peligro de perder la libertad, de vivir bajo vigilancia. En los ojos de los demás eres quizás magnífico o un héroe; no obstante, tiene que quedarte claro que esto fue tu opción, que podrías hacer otras cosas: como comerciante o maestro ganar dinero. Sin embargo, tan pronto tomas esa decisión, debes enfrentarte al peligro y a la presión con optimismo, con confianza y con mucha calma”.

China Liu Xia Ehefrau von Dissident Liu Xiaobo in Peking
Liu Xia, esposa del disidente Liu Xiaobom, en agosto de 2010.Imagen: AP

500 kilómetros al noroeste de Pekín está la cárcel donde se encuentra Liu Xiaobo; una vez al mes puede recibir visita. Antes de la entrega del galardón, el Gobierno chino hizo presión en contra de la nominación del activista; el comité noruego había sido advertido de concedérselo pues ello podría tener consecuencias negativas en las relaciones entre Noruega y China. Una situación como ésta también había sido prevista en 2007 por Liu Xiaobo: “Algunos políticos europeos temen que poner a discusión los derechos humanos podría entorpecer las relaciones económicas. Yo discrepo. Las relaciones políticas entre Japón y China no pueden ser más tensas, pero el comercio con Tokio representan una gran parte del volumen comercial de Pekín. Es decir, ambos asuntos no tienen nada en común”.

Reacciones en Bruselas

La noticia del premio Nobel de la Paz a Liu Xiabo fue comentada inmediatamente por grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo. Pocas horas antes, los portavoces de la bancada ecologista en la Eurocámara antes habían criticado duramente que durante las conversaciones entre la UE y China el tema de los derechos humanos no fuera siquiera mencionado. Ahora señalan: “El mensaje del día de hoy está claro: los activistas chinos por los derechos humanos no están solos. Exhortamos al Gobierno chino a entender este premio Nobel de la Paz como una base para profundizar el diálogo con la población que aboga activamente por los derechos humanos y libertad de opinión”.

El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, por su parte, resalta que la libertad no es una amenaza, que abogar pacíficamente por los derechos humanos no merece ser castigado. Un pilar del puente que se está construyendo entre China y Europa, así Buzek, debe ser el respecto los derechos civiles. Por eso, felicitando a Liu Xiaobo y solidarizándose con su esposa, exhorta a las autoridades de Pekín a liberar inmediata e incondicionalmente al flamante Premio Nobel de la Paz.

Autor: Mathias von Hein/Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas