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Nobel de la Paz a una mujer iraní

eu.11 de octubre de 2003

Por undécima ocasión el Premio Nobel de la Paz fue otorgado a una mujer. La activista iraní Shirin Ebadi, fué distinguida por su compromiso con los derechos humanos y su lucha contra el hermetismo islámico.

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"Los derechos humanos son compatibles con el Islam", Shirin Ebadi.Imagen: AP

La abogada iraní, Shirin Ebadi fue la primera juez en los tiempos del Sha en Irán y poco después fue presidenta de la Asociación de Jueces de su país. Cuando las fuerzas radicales islámicas subieron al poder, fue obligada a abandonar la judicatura. Sin embargo, la creyente musulmana es representante de los esfuerzos democratizadores en un país incluido por el gobierno de Estados Unidos en el ‘eje del mal’. Ebadi participó en la campaña que llevó a la presidencia iraní al reformista Mohamed Jatamí y ha pagado varias veces con la cárcel su compromiso con la modernización de un país acosado por un poder judicial controlado por las fuerzas integristas islámicas.

Sorpresiva elección

Jahresrückblick 2005 April Papst mit Friedenstaube
El Papa Juan Pablo II y una paloma de la paz.Imagen: AP

Su elección fue recibida como una sorpresa. Se hablaba del Papa Juan Pablo II y de Vaclav Havel, entre otros, como posibles candidatos. El Comité Nobel eligió a una abogada iraní. Una mujer apenas conocida en Occidente, pero nadie pone en tela de juicio la merecida distinción de la activista de 54 años. Su incansable labor a favor de los derechos de las mujeres, de los perseguidos políticos y de los niños, ha sido constante, pese a los numerosos encarcelamientos arbitrarios de que ha sido víctima. "No se ha dejado extorsionar, pese a las amenazas contra su propia persona", aclaró el Comité en Oslo. Con su decisión, el Comité Nobel ha lanzado una señal a favor del diálogo entre las culturas y las religiones y en defensa de un Islam moderado.

Una guerra desigual

"Los derechos humanos son únicos, universales y son compatibles con el Islam", dijo Ebadi ante periodistas en París. La portadora del Premio Nobel de la Paz 2003, ofreció una conferencia de prensa sin llevar el tradicional pañuelo con el que las mujeres iraníes se cubren el pelo. Ebadi lamentó que mucha gente viole los derechos humanos en nombre del Islam y reconoció que el balance es muy negativo en este campo en muchos países musulmanes. También criticó las amenazas de Washington a Teherán, diciendo que "ningún país tiene derecho a imponer sus leyes a otra nación". También expresó su preocupación por la situación en los territorios palestinos, calificándola como ‘una guerra desigual, de piedras contra un ejército muy bien armado’.

Nobelkomitee mit Bild von Shirin Ebadi
El presidente del Comité Nobel, Ole Danbolt Mjoes.Imagen: AP

La combativa abogada, que trabaja en defensa de intelectuales, disidentes y mujeres, en una sociedad donde el hombre impone su ley, escudado en el fundamentalismo religioso, dijo que el premio le da energías para continuar su lucha. Actualmente es catedrática de la Universidad de Teherán y asume como abogada, casos políticamente arriesgados, que sus colegas declinan por temor.

Cierra la ronda de galardones

El último galardón de la familia Nobel continuó con la línea marcada con el premio de Literatura a John Maxwell Coetzee, exponente de la escritura impecable y de la denuncia de la injusticia en la Sudáfrica del post-apartheid. En los honores científicos fue evidente un claro dominio estadounidense, así como la voluntad de la Academia Sueca, de repartir distinciones entre veteranos y una nueva generación de investigadores, consagrados a progresos de un amplio espectro que han ayudado a mejorar numerosas aplicaciones en la medicina.