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Michael Moore: ¡Gracias, Alemania!

7 de noviembre de 2003

El escritor y documentalista estadounidense agradece en el prólogo de su nuevo libro la oposición germana a la guerra de Irak y previene a los alemanes de seguir el camino estadounidense en el plano económico y social.

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¿Dónde está mi país? se pregunta Michael Moore en su nuevo libro.

"Se os saluda, mis amigos alemanes, orgullosos resabios de la Vieja Europa y líderes de la coalición de los opositores a la guerra. ¿Qué diablos pasa con ustedes? ¿No sabían que tienen que obedecer cuando la única superpotencia del mundo ladra una orden? Nosotros ladramos, ustedes saltan- esa es la regla. ¿No los sobornó lo suficiente el Sr. Bush como para que cooperaran y bombardearan a la población de Irak?" Así comienza el prólogo de la versión alemana del nuevo libro de Michael Moore, (Oye, ¡Dónde está mi país?), en el que dirige un mensaje particular al pueblo alemán.

En Alemania, el intelectual estadounidense se ha convertido en una especie de ícono del "otro Estados Unidos", opuesto a la política actual de la Casa Blanca. Y el autor se encarga de corroborar esa imagen, haciendo hincapié en que muchos de sus compatriotas piensan como él: "Millones de nosotros intentamos aquí, en Estados Unidos, evitar por todos los medios que el gobierno de Bush cause aún más estragos a lo largo y ancho del mundo. Para nosotros es urgentemente necesario que ustedes, alemanes, ofrezcan resistencia, y deben saber que nosotros aplaudimos dicha resistencia desesperadamente. Mucho nos perjudica que personas como Tony Blair saboteen nuestros esfuerzos. Pero, por fortuna, en Francia, Alemania y muchos otros países tuvieron lugar algunas de las mayores manifestaciones antibélicas de todos los tiempos. Al respecto sólo puedo decir: gracias, gracias y otra vez gracias."

"No todo EE.UU. ha enloquecido"

Lo medular del mensaje que Michael Moore desea transmitir en este prólogo parece resumirse en la siguiente afirmación : "Puedo asegurarles que no todo Estados Unidos se ha vuelto loco. Por favor no olviden nunca la siguiente verdad: la mayoría de los estadounidenses no votó por George W. Bush". Según el autor, "a diferencia de lo que muchos creen erróneamente, la mayoría de los estadounidenses es progresista". El hecho de que ello no se refleje en la actual correlación de fuerzas políticas en Washington lo atribuye, entre otras cosas, a la falta de líderes liberales.

Moore traza en este texto un esbozo del alma estadounidense, con su ingenuidad y su simpleza, y recuerda la falta de información de la población sobre lo que sucede en el resto del mundo. Inquietante es el panorama de desinformación que describe, subrayando: "según un estudio recientemente publicado, el 85% de los estadounidenses de entre 18 y 25 años de edad no encuentra a Irak en el mapa mundi. Yo considero que la primera regla del derecho internacional debería ser: un pueblo que no logra ubicar a su enemigo en el globo terráqueo, no puede bombardearlo".

Una advertencia

Pero no todo son loas para el pueblo alemán en el escrito de Moore. También pone el dedo en la llaga que aflige por estos días especialmente a los germanos, con una pregunta directa: "¿Por qué han permitido a sus gobiernos, en el curso de los años, ir haciendo cada vez más recortes a la red social que tuvieron antes que nosotros? Ustedes, los alemanes, siempre dijeron: 'somos responsables los unos de los otros'. Por eso, en su país la previsión de salud, la educación y todo aquello que Todos necesitan, era gratis. Pero ahora todo ello se va reduciendo. Es como si ustedes se estuvieran transformando en nosotros, en un pueblo que cree que los ricos deben ser cada vez más ricos..."

El llamado del autor de Stupid White Men y del documental Bowling for Columbine es elocuente: "Ustedes asumieron el año pasado la vanguardia moral con respecto a la disyuntiva de la guerra o la paz. Les pido encarecidamente que muestren esa misma capacidad moral de juicio cuando se trata de conservar la red social para aquellos alemanes que son los más débiles de su país. No sigan el camino estadounidense en lo tocante a economía, puestos de trabajo y prestaciones para los pobres y los inmigrantes. Es el camino equivocado".