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Merkel critica bonificaciones a gerentes de bancos escorados

Agencias/pk (jov)14 de febrero de 2009

Angela Merkel criticó duramente a los bancos que pagan bonificaciones a sus gerentes, no obstante depender de la ayuda estatal.

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Angela Merkel: claras palabras.Imagen: AP

La canciller federal de Alemania dijo en una entrevista con la revista Der Spiegel, adelantada hoy (14.02.2009) en parte en su edición online, que no dudará en acudir al G-20 para poner un alto a la práctica a nivel global.

“No puede ser”, dijo Merkel, “que haya bancos que planea pagar bonificaciones millonarias a sus gerentes por su desempeño en año 2008”, justamente el año que toda la arquitectura financiera se vino abajo, “al tiempo que esos mismos bancos deben ser apoyados por el Estado”.

Bonificaciones por “éxito a largo plazo”

“Eso hay que discutirlo en el G20, para terminar con esa práctica”, agregó una canciller federal a todas luces algo enfadada.

"En términos generales, el sistema de bonificaciones debe estar conectado más claramente al éxito a largo plazo de los bancos, y ello a nivel internacional", propuso la canciller.

También los bancos alemanes son duramente criticados en medio de la actual crisis financiera mundial, que se considera fue generada en buena parte por los excesos de quienes se beneficiaron de un sistema financiero irresponsable.

Responsabilidades y bancos escorados

El mes pasado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó las multimillonarias bonificaciones que los bancos de Wall Street se asignaron a sí mismos por el 2008 de “escandalosas”.

El Gobierno alemán acordó un paquete de reformas con el objetivo de controlar los pagos a ejecutivos. En una enmienda del Acto de Empresas de Alemania se fijó que los directorios en pleno, en lugar de sólo sus subcomités como hasta ahora, sean hechos responsables de los paquetes de bonificaciones "inapropiadas" que se concedan.

La voluntad política de tomar medidas concretas aumentó como consecuencia de la crisis financiera que llevó al Gobierno a aprobar un paquete de rescate por 500.000 millones de euros en forma de garantías para los bancos alemanes, amén de participaciones de capital en las instituciones más escoradas.