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Marea de petróleo tizna la visita de Cameron a Washington

18 de julio de 2010

Pese a las señales de avance en la contención del derrame de crudo en el golfo de México, el desastre ambiental causado por BP podría empañar la primera visita oficial del premier británico, David Cameron, a Washington.

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Cameron intentará generar confianza en Washington.Imagen: AP

Cuando Cameron arribe a Washington, este 20 de julio, se cumplirán tres meses desde la explosión de la plataforma "Deepwater Horizon", que provocó la mayor tragedia ecológica registrada en el Golfo de México y supuso una carga en las relaciones entre Estados Unidos y Reino Unido.

El jefe de gobierno británico no ha hablado mucho en público sobre la marea negra en el golfo de México, posiblemente porque es consciente de la gravedad y de la sensibilidad que despierta este tema. El futuro incierto de BP, la mayor empresa británica, seguro que lo perturba tanto como el propio desastre ambiental.

“Histeria antibritánica”

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Tony Hayward llega a declarar, en Washington.Imagen: AP

En el punto culminante de la crisis de BP en junio, tras la audiencia ante el congreso del director ejecutivo de la petrolera, Tony Hayward, Cameron fue acusado por líderes empresarios y algunos comentarista de no haber dado una respuesta adecuada ante la "histeria antibritánica" en Estados Unidos.

Hubo pedidos de una "intervención medida" del primer ministro. Pero el líder británico, consciente tanto de la importancia de BP para el Reino Unido como del peligro de inflamar más la atmósfera ya muy cargada, se mantuvo moderado en sus comentarios. Respondió a las críticas diciendo que entendía la frustración del gobierno de Estados Unidos y que el tema no tenía nada que ver con identidad nacional.

"En primer lugar, esto es una catástrofe ambiental. Debemos tener claro esto", dijo Cameron, de manera directa y categórica, característica que se convirtió en un distintivo de su liderazgo. Sin embargo, comentaristas en Reino Unido dudan de que el estilo abierto de Cameron sea suficiente como para disminuir el "clima de desconfianza" generado por el desastre causado por BP. Por lo tanto, mucho dependerá de la "química personal" de Cmaeron y del presidente estadounidense, Barack Obama, en sus encuentros, indicó un diplomático.

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Obama, Cameron y otros gobernantes, en la cumbre del G8, en Canadá.Imagen: AP

Conversaciones difíciles

"El presidente Obama y yo tenemos una relación muy buena, nos llevamos bien", dijo Cameron en una entrevista con la revista "Time", previa a su viaje a Estados Unidos. Sin embargo, las conversaciones no serán fáciles. En declaraciones realizadas por Cameron tras una reunión reciente con el presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, el jefe de gobierno británico dijo que la empresa quiere "más certezas" de que no será responsabilizada por problemas que no causó.

"Quieren arreglar el desastre, quieren pagar compensaciones a los pescadores y a los granjeros y a los propietarios de hoteles y a toda persona que haya sido afectada", afirmó Cameron. "Pero necesitan cierta certeza de que las demandas de compensaciones no pasarán a terceros y a una especie de demandas futuras que no están realmente relacionadas con los errores que cometió BP".

El futuro de BP

También está previsto que el primer ministro británico informe a sus anfitriones estadounidenses sobre los planes de contingencia preparados por el gobierno británico en el caso de un colapso de BP, a través de una posible venta o bancarrota. Funcionarios británicos subrayaron que si bien no esperan que BP quiebre por los efectos del derrame de petróleo, se pidió al gobierno estar "preparado para cualquier eventualidad".

Entretanto, BP presentará una "actualización estratégica" de los costos, así como de su posición operativa y financiera, el 27 de julio, en coincidencia con la difusión de sus resultados del segundo trimestre del ejercicio. Hasta ahora, la empresa trabajó bajo la premisa de que será capaz de pagar todo lo relacionado con las consecuencias de la marea negra por su importante flujo de fondos y un amplio programa de venta de activos. Sin embargo, también recalcó que es "demasiado temprano" para determinar los costos totales.

Se estima que estos aumentarán, con lo que hay preocupación de que BP se vea forzado a reunir más capital, a costos mucho mayores. La factura de la marea negra para BP podría alcanzar los 70.000 millones de dólares, por lo que garantizar a los inversores su capacidad de sobrevivir no será una tarea fácil, según analistas. (dpa)

Editora: Emilia Rojas