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Bergbautechnik Export

15 de diciembre de 2009

Con carbón ya no se puede ganar dinero en Alemania. Pero sí con maquinaria para su extracción. Las exportaciones a Rusia y China van viento en popa. América Latina está en la mira.

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Maquinaria para la extracción de carbón, made in GermanyImagen: Klaus Deuse

Aunque la minería va desapareciendo en Alemania, la industria de la maquinaria minera florece. Con un volumen de ventas de cuatro mil millones de euros en 2008, las 130 empresas que se dedican a ello tuvieron un incremento del 10 por ciento. Un resultado fuera de serie, para el cual hay motivos. El principal: el know how alemán tiene demanda mundialmente.

“Este incremento, en principio, se explica por las exportaciones. Sobre todo en países como China, Rusia, Estados Unidos y Australia hay una gran demanda de este tipo de maquinaria alemana. Y, al parecer, seguirán teniéndola”, dice Paul Rheinländer, presidente de la Asociación Alemana de Empresas de Maquinaria Industrial, en cuya opinión el carbón sigue siendo una importante fuente de energía.

Bochum Abbaumaschinen für den Untertagebau
Eickhoff en BochumImagen: Klaus Deuse

“Las reservas bastarán unos 200 años más, partiendo del consumo actual. En el futuro se extraerá más por Brasil, India y Rusia, cuyas economías no funcionarán si no hay una mayor extracción”.

Exportaciones en auge

85 por ciento de las ventas se originan en la exportación y sólo un 15 por ciento provienen del mercado interno. En Eickhoff, la empresa de Bochum que administra Paul Rheinländer, las exportaciones son el 95 por ciento de su negocio. Rusia es su principal comprador, seguido de China, Estados Unidos, Australia e India. Uno de los puntos fuertes de esta empresa –que dispone de 14.500 empleados- es que su maquinaria se adapta a las necesidades de cada mercado.

Maquinaria para todos los gustos

“Los chinos quieren las máquinas high tech, las condiciones son óptimas y la maquinaria tiene que tener un excelente rendimiento. En Rusia se prefiere maquinaria más robusta, que no requiera mucho mantenimiento”, explica el empresario. La producción de los componentes puede tomar de seis a ocho meses. “Una aplanadora nuestra puede costar entre 1,5 y 5 millones de euros. Cada uno se compone de 3.000 o 5.000 piezas, cada una debe funcionar”.

Aunque en China cada vez es más común copiar los modelos alemanes, Rheinländer no ve en peligro la posición del liderazgo alemán: “Los chinos toman prestada nuestra técnica. Nosotros intentamos ser punteros en innovación; esto no es tan fácil de copiar”.

En América Latina hay mucho por explotar

Con la cartera de pedidos para los próximos meses, los empresarios del ramo se dan por satisfechos. Nuevos mercados en Latinoamérica tienen en la mira. “Las reservas minerales de Sudamérica están en nuestro foco de atención. En Chile es el cobre. Pero hay otros minerales que se puede explotar en América Latina”, opina el empresario alemán.

Su asociación cuenta con un aumento del 110 por ciento de las ventas; unos 55 millones de euros, en América Central. Y un incremento del 100 por ciento, unos 52 millones de euros, en América del Sur. Esto es un ascenso meteórico con el que no contaba el ramo cuando la caída de la extracción del carbón en Alemania.

Aun cuando en el año 2018 cierren las últimas minas en Alemania, los productores de maquinaria no ven su futuro con preocupación. Debido a que por el momento no se puede prescindir del carbón como fuente de energía, Rheinländer opina: “la industria del carbón tiene futuro”.

Autor: Klaus Deuse/Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia