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La voz de Alemania en Eurovisión

20 de marzo de 2004

Alemania apuesta ahora por el pop para incrementar sus posibilidades de éxito en el festival europeo de la canción. Y se ha sacado de la manga una nueva estrella que, por lo visto, convence al público juvenil nacional.

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Max, la nueva esperanza alemana para el festival europeo.Imagen: AP

Su nombre es Maximilian Mutzke. Ud. seguro que no lo conocía. Los alemanes tampoco. Porque Max, como le dicen todos, es un estudiante de 22 años, que hasta hace unas semanas estaba sumido en la preparación de su bachillerato. De la noche a la mañana pasó a convertirse en un ídolo juvenil, por obra y gracia de un programa de televisión en que se realizó un casting preliminar, con el objetivo de encontrar una figura que enviar al próximo festival de Eurovisión, que tendrá lugar en Estambul.

Premio esquivo

En la final nacional para escoger al representante de Alemania en el certamen musical, Max arrasó con el 92% los votos del público televidente y las preferencias del jurado. Las alabanzas no le han faltado a este novato de la canción, que ha sorprendo con su talento interpretativo y su voz calificada de excepcional por los participantes en el espectáculo. Con esos atributos competirá por el trofeo de la canción Europea, que ha sido tan esquivo con los alemanes desde que Nicole lo conquistara en 1982 con el tema "Un poco de paz".

En los últimos años, los encargados del concurso en Alemania han intentado de todo para volver a triunfar en Eurovisión: desde la línea melódica y pegajosa, hasta la caricatura y la irreverencia... sin resultados de los que jactarse. Ahora, la consigna ha sido atraer de nuevo al público juvenil, que había dado la espalda hace tiempo a este acontecimiento. Hubo, por lo tanto, baladas, techno, rap y mucha música pop en la preselección.

Fenómeno televisivo

Con el propósito de enviar a una figura capaz de competir a nivel internacional, los organizadores pusieron condiciones difíciles de cumplir a los aspirantes, como presentar un video-clip en el canal musical Viva. Algo que no logra cualquier aficionado, de partida porque la producción cuesta bastante dinero. Max tampoco lo habría conseguido probablemente, de no ser por la ayuda de su "padrino", el presentador de televisión y comediante Stephan Raab, quien lo "descubrió" en el casting inicial. A ese programa le debe, de partida, la popularidad alcanzada en tan corto tiempo.

En su canción "Can't wait until Tonight", se depositan ahora las esperanzas alemanas de no quedarse una vez más con las manos vacías en el Gran Premio de Eurovisión. Max tendrá que esperar, eso, sí, hasta el 15 de mayo para probar fortuna en el escenario conjunto europeo, en Estambul.