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La economía israelí contra la guerra

Samira Lazarovic - traducción LBM11 de agosto de 2006

Hace sólo unas semanas, Israel tenía aún esperanzas de convertirse en país tocado con la varita mágica del milagro económico. Sin embargo, el conflicto contra el Líbano podría hacer saltar por los aires esa ilusión.

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En la bolsa de Tel Aviv se vive la guerra, aunque los índices aún son buenos.Imagen: AP


"Por fin se escucha de Israel algo que no sean noticias sobre guerra y terror", se alegraban corredores de bolsa y empresarios israelíes en junio de 2006. La inversión legendaria de 4.000 millones de dólares americanos con la que Warren Buffett entraba en el consocio metalúrgico israelí Iscar levantaba las expectativas de lograr atraer a los invasores extranjeros. Al mismo tiempo, la bolsa israelí, la Tel Aviv Stock Exchange (TASE), sacaba buenas notas en las agencias de rating. No en vano, el crecimiento alcanzaba los cinco puntos porcentuales. Además, el déficit presupuestario se acercaba al cero y para beneficio de la población israelí se aprobó bajar el IVA al 15,5%.

Israel Libanon Jugendliche in Beirut auf Motorroller Trümmer
Las imágenes del conflicto vuelven a dominar la información que se ofrece de la zona.Imagen: AP

Sin embargo, la alegría duró poco. El envío de tropas al Líbano trajo consigo el bombardeo continuo del norte del país por los misiles de Hezbolá. Con el primer impacto en la ciudad portuaria de Haifa, la ilusión de que la economía saliera ilesa de esta guerra se borró definitivamente. Una vez más, en los medios de comunicación volvían a dominar las imágenes de casas destruidas en el Líbano y en el norte de Israel, así como las cifras de muertos y heridos.

"La economía es suficientemente fuerte"

Lo que queda es la esperanza de que la economía israelí salve esta guerra con las menos heridas posibles. Las primeras estimaciones del Banco Central elevan el coste de lo que llevamos de conflicto a 5.000 millones de Sheqels israelíes, unos 880.000 euros, lo que representa prácticamente el 0,9% del Producto Interior Bruto. "Por fortuna, la noche anterior a la guerra nos encontrábamos muy bien posicionados", constataba el presidente del Banco de Israel, Stanley Fischer, y se mostraba convencido de que la economía israelí pude hacer frente a los gastos de la guerra.

La fuerza de la bolsa israelí apoyaba este convencimiento. En la Tel Aviv Stock Exchange, las noticias del frente mueven los cursos bursátiles, pero el índice TA-25 pudo mantenerse hasta el momento a alto nivel. El volumen de negocio ha aumentado considerablemente desde el comienzo de la guerra y no se han producido reacciones de pánico, dice Ronit Harel Ben Ze´ve, vicepresidente de la TASE.

Como si para confirmar esta tranquilidad fuera, el capital de los inversores fluye imperturbado hacia Israel desde hace semanas. Así, el consorcio estadounidense Hewlett-Packard selló la compra de Mercury por 4.500 millones de dólares. Se espera que la suma de las inversiones extranjeras se mantenga durante este año entre los 12.000 y los 13.000 millones de dólares, lo que supondría en comparación con el año pasado un plus del 125%.

Las advertencias aumentan

Israel Offensive der israelischen Armee im Libanaon nahe der Grenze
La guerra ha hecho aumentar el riesgo de las inversiones y ahora todo es una cuestión de cuánto dure.Imagen: AP

Pese a los buenos datos, que la guerra está durando más de lo en un principio previsto no pasa desapercibido para los empresarios. El fin de semana advertía Motorola que los enfrentamientos entre Israel y el Líbano podrían influenciar negativamente sus negocios en la región. El gigante de las comunicaciones emplea en Israel a 3.500 personas. También Warren Buffett reconocía ante sus inversores que el riesgo de invertir en Israel ha aumentado, sobre todo, porque las centrales de producción de Iscar se encuentran en el norte del país.

Allí, en el norte, la situación supera ya las advertencias. El impacto de misiles ha provocado que de unas 40.000 empresas, 10.000 se encuentren al borde de la quiebra, según informa la Cámara de Comercio responsable de la región. La situación de los pequeños empresarios es especialmente precaria puesto que, a diferencia de sectores como el turismo a los que el gobierno ha ofrecido ya compensaciones monetarias, aún no está claro cuánto dinero pondrá Tel Aviv a disposición de las pequeñas empresas.

Para la economía israelí, la guerra se ha convertido en una cuestión de tiempo: si los enfrentamientos finalizan pronto y la posición geopolítica de Israel mejora a ojos del mundo, el crecimiento puede recuperarse rápidamente. De lo contrario, hasta los grandes optimistas del milagro económico tendrán que empezar a despedirse de sus esperanzas.