La cara brutal de la belleza
15 de enero de 2003
Conejos, hamsters, ratones y monos pagan un alto precio para que las mujeres, y también cada vez más hombres, luzcan de acuerdo con los patrones de belleza del mundo de hoy. Lápices labiales, cremas humectantes, lociones y todo tipo de pócimas de la eterna juventud salen al mercado tras haber pasado numerosas pruebas de laboratorio, dirigidas a comprobar que no causen daño a la salud humana. Aproximadamente 38 mil animales son utilizados anualmente en estos experimentos, según Delphine Bourgeois, portavoz de una agrupación europea dedicada a la protección de animales.
Prohibición en etapas
Tras casi una década de tira y afloja, el Parlamento Europeo aprobó este miércoles, por amplia mayoría, una reforma de las ordenanzas relativas a la industria cosmética, que pondrá fin a estas prácticas en el año 2009. El acuerdo logrado entre los europarlamentarios y el Consejo de Ministros prevé igualmente la prohibición de la venta en el ámbito de la Unión Europea de productos cosméticos para cuya elaboración se haya recurrido a experimentos con animales.
El nuevo reglamento comenzará a aplicarse en etapas. A partir del 2004 quedarán prohibidos los test para los cuales se disponga ya de alternativas. En cambio, en tres casos específicos en que no existen otros métodos a los que recurrir, el plazo se extenderá hasta el 2013.
Aplausos y críticas
La decisión adoptada en Estrasburgo fue celebrada como todo un triunfo por las diversas bancadas del Parlamento Europeo. No obstante, no dejó satisfechos a los implicados. La Asociación Europea de la Industria Cosmética (Colipa) considera que los límites de tiempo establecidos resultan "extremadamente breves", mientras a los defensores de los animales les parecen excesivos.
El presidente de la Liga Alemana de Protección de Animales, Wolfgang Apel, subrayó por ejemplo que la decisión implica "una muerte cruel para al menos 250 mil animales de laboratorio" La asociación británica que lucha por la eliminación de este tipo de experimentos calificó de "vergüenza" el hecho de que "el sufrimiento de los animales se prolongue por lo menos una década más".
Protección al consumidor
En general, todos admiten sin embargo que se ha dado un paso en la dirección correcta. Porque, al menos, se ha dejado sentado que la industria deberá buscar otros medios para poder sacar al mercado sus nuevos productos de tocador.
Además, la nueva reglamentación prevé una mayor protección de los consumidores, dado que quedarán prohibidas en los cosméticos las sustancias que puedan causar alteraciones genéticas, cáncer o esterilidad. Más aún: los fabricantes también tendrán que indicar en los envases la fecha de caducidad del producto y advertir si contiene sustancias que puedan provocar alergias.