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Kerry apunta a la reconciliación internacional

30 de julio de 2004

Consagrado como candidato presidencial demócrata, John Kerry se mostró firme pero conciliador en un discurso en que, junto a temas internos, destacó el objetivo de restablecer la imagen internacional de Estados Unidos.

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John Kerry, ¡presente!Imagen: AP

Los comentaristas coinciden en que fue el discurso de su vida. John Kerry, de temperamento más bien somnífero, logró por fin demostrar que tiene bríos suficientes para entusiasmar a la audiencia, aunque se tratara de sus propios correligionarios reunidos en la convención demócrata, en Boston.

Experiencias berlinesas

Poquísimas fueron las alusiones directas a George W. Bush, a quien intentará destronar en las elecciones presidenciales. No tuvo la necesidad de nombrarlo para que quedara claro el mensaje: el actual presidente ha dividido a los estadounidenses y a la comunidad internacional. Kerry propone, en cambio, restablecer los estrechos vínculos con los aliados, lo cual fue escuchado con especial simpatía en algunos países europeos.

El candidato demócrata a la Casa Blanca anunció su propósito de fortalecer las alianzas con los países amigos, subrayando que el mundo debe volver a mirar a Estados Unidos con admiración y no con temor. Y hasta encontró un espacio para remitirse a experiencias de su infancia, cuando su padre cumplía funciones diplomáticas en Berlín occidental. Según relató, una vez fue en bicicleta a la parte oriental de la ciudad, lo cual le valió una reprimenda en casa. Pero las impresiones de esa escapada quedaron grabadas en su memoria, influyendo en su actuar: "Vi cuán diferente era la vida en las dos partes de una misma ciudad", dijo Kerry, agregando: "vi el temor en los ojos de las personas que no eran libres. Y vi la gratitud de la gente hacia Estados Unidos, por todo lo que habíamos hecho". Esa es la visión de Kerry, que reafirmó asegurando: "el futuro pertenece a la libertad, y no al miedo".

Eco positivo

Las palabras del retador tuvieron un eco positivo en Berlín. El portavoz de la bancada socialdemócrata en materias de política exterior, Gernot Erler, aplaudió el discurso, puntualizando que "Alemania y los demás países europeos se las pueden arreglar mucho mejor con una visión como ésta, de una superpotencia estadounidense que apuesta por el respeto y opta por los recursos políticos". También en la oposición cristiano-demócrata germana hubo reacciones. El ex ministro de Defensa Volker Rühe (CDU) manifestó la esperanza de que el próximo gobierno estadounidense, quienquiera lo presida, busque nuevos aspectos para afianzar la amistad con Europa.

El candidato presidencial demócrata también se esmeró en dejar en claro que no flaqueará a la hora de proteger a su pueblo. Lo avalan, en este terreno, las medallas que ganó en Vietnam. "Defendí este país cuando era joven y también lo defenderé como presidente", afirmó, agregando un pero muy importante: "seré un comandante en jefe que jamás nos conducirá, bajo falsas premisas, a una guerra". Kerry representa, en suma, una esperanza. Esa es al menos la impresión que logró transmitir en Boston.