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Irak envía nuevamente embajador a Alemania

pk27 de agosto de 2004

Irak vuelve a tener embajador en Alemania, luego de 13 años de relaciones enfriadas. Sin embargo, la aspirada normalización externa e interna en Irak se hace esperar, en medio de un caos político y militar.

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Alaa Abdul Madshid Hussein al-Hashimi, nuevo embajador de Irak en Alemania.Imagen: AP

El diplomático Alaa Abdul Madshid Hussein al-Hashimi entregó el jueves sus credenciales al presidente de Alemania, Horst Köhler. Desde la primera Guerra del Golfo, en 1991, el gobierno iraquí estuvo representado en Alemania sólo por un encargado de negocios sin rango de embajador.

El acto supone una revalorización de las relaciones entre Alemania e Irak y es un intento del nuevo gobierno iraquí de estabilizar las relaciones externas, paralelamente a los esfuerzos por normalizar la situación interna en el país.

Lo que a nivel de relaciones exteriores se va concretando paso a paso con la presentación de credenciales de embajadores en varios países está muy lejos de ser realidad en Irak, donde quienes quieren desestabilizarlo logran dar un golpe tras otro.

Otra vez numerosos muertos y heridos

Luego del regreso, el jueves, del líder espiritual chií Ali Husseini al Sistani a Nayaf, las tropas estadounidenses se adhirieron a un alto el fuego de 24 horas proclamado anteriormente por el gobierno de transición iraquí.

Schiiten bei Protestmarsch zur Pilgerstadt Nadschaf
Seguidores de Al Sistani con una imagen del gran ayatolah.Imagen: dpa

Al Sistani arribó a la ciudad santa con varios miles de seguidores para tratar de convencer personalmente a Muktaa al Sadr de terminar el levantamiento contra el gobierno iraquí y las tropas de ocupación estadounidenses.

La marcha de los miles de chiíes a Nayaf fue ensombrecida por un serio ataque en la cercana ciudad de Kufa, que dejó un saldo de 27 muertos y 63 heridos. Dos granadas de mortero cayeron sobre un gran número de personas reunidas en una mezquita, que se estaban preparando para seguir camino a Nayaf.

Al Sistani ha propuesto declarar a Nayaf y Kufa zonas desarmadas. Para ello tendrían que ser abandonadas por las tropas iraquíes y estadounidenses y la responsabilidad de la seguridad pasaría a la policía. El líder religioso de 75 años de edad había irrumpido en dirección a Nayaf desde Basra, a 360 km al norte, luego de llegar de Londres.

El dilema alemán

Alemania se enfrenta a un dilema. Si bien el gobierno alemán no quiso la guerra, tampoco puede querer ahora que el país caiga en el caos ni que los EE.UU. deban abandonarlo derrotados militarmente y en total descrédito.

Al fin y al cabo, los gobiernos de la potencia número uno en el mundo pasan y EE.UU. como aliado político y militar de Alemania y Europa queda. Mal pueden Alemania y Europa desear un aliado debilitado y desacreditado. Por otra parte, Alemania tampoco puede intervenir militarmente, luego de haber advertido tantas veces de lo equivocado que sería una invasión tal como fue practicada por los norteamericanos.

Por otra parte, la senda hacia el multilateralismo pregonada permanente por el gobierno de Alemania no tiene por ahora posibilidades de transformarse en práctica política, menos en medio del caos que no parece tener fin en Irak.