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Ilegales en Alemania: sólo un fantasma

mb10 de enero de 2005

Se cree que los ilegales se cruzan en rojo los semáforos, son criminales y llegan por miles a Alemania. Pero no es verdad, así lo informa un estudio berlinés.

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Se ganan el pan "ilegalmente" en la construcción.Imagen: AP

Vienen de Polonia y Bulgaria, de Vietnam y China, de Irak y de los Estados de la ex Yugoslavia. Son ilegales. Alrededor de 100.000 personas viven en Alemania sin un permiso de residencia válido. La mitad de ellos en Berlín. Las mujeres, que conforman el 25% de este grupo, trabajan sobre todo en el servicio doméstico: cuidando niños, enfermos y ancianos, o limpiando. Los hombres se ganan el pan en el ramo de la construcción, en la agricultura y en la gastronomía.

Llamadas de denuncia

La Policía alemana cuenta ya con un servicio especial de "cacería" de ilegales, que se encarga también de recibir las llamadas anónimas de denuncia. Las hacen, por lo general, vecinos que sospechan que los inmigrantes que habitan en su inmueble son ilegales. Y en la imaginación popular, los ilegales se multiplican a velocidad asombrosa, son criminales, viven del dinero del Estado y les quitan los puestos de trabajo a los alemanes.

No es cierto

Altenbetreuung
Imagen: Bilderbox

Sin embargo, nada de eso es cierto. Así lo afirma un estudio de la Oficina para Conflictos Interculturales e Integración Social (AKI) que inició sus labores en mayo de 2003, con el objetivo de servir de puente entre la ciencia, la política y el gran público.

Para los germanos temerosos, el estudio arroja un resultado alentador: los ilegales en Alemania no son un problema que crezca rápidamente. Los inmigrantes que llegan en lanchitas y pateras a las costas europeas, no alcanzan Alemania. Los ilegales que habitan este país, llegan por tierra y, por lo general, con un visado válido.

Boat People Überladenes Fluchtboot Boot
Imagen: dpa

Fueron legales alguna vez

Cuando terminan sus estudios, acaban su período de au-pair o se separan de su cónyuge es cuando empiezan su vida en la clandestinidad. Pero la mayoría de ellos está integrada a la sociedad, no cruza en rojo los semáforos, viaja con billete válido en el tranvía y no llama la atención. Hay también, sin embargo, personas a las que se les ha denegado el asilo que viven en la miseria, mujeres que no van a dar a luz al hospital por miedo, niños que por el mismo motivo no asisten a la escuela. Las situaciones más dramáticas se viven en el círculo de la prostitución.

Lo que nadie quiere hacer

¿Los ilegales le quitan el trabajo a los alemanes? No. Existe en el país un determinado mercado laboral, al cual los alemanes, básicamente, no quieren pertenecer. Se trata de trabajos lavando platos en un restaurante, cuidando ancianitos, o encargándose de la limpieza de una casa un par de horas a la semana. Por los ilegales y sus precios bajos, las capas menos acomodadas de la sociedad pueden permitirse tales "lujos".

En resumen: la presunta ola de ilegales que invade Alemania no es más que un fantasma, del cual se saca capital político, en cuyo combate se invierte mucho dinero, pero sobre el cual se sabe muy poco o casi nada. Por lo menos así lo afirman los investigadores de AKI.