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¿Hacia dónde marcha el dólar?

27 de febrero de 2004

El presidente Bush aseguró al canciller alemán que quiere un dólar fuerte y prometió poner remedio al déficit presupuestario que incide en su actual debilidad. Pero, en Europa, el asunto sigue inquietando.

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Cada vez se obtienen más dólares por la misma cantidad de euros.Imagen: AP

El mes de febrero termina con algunos síntomas de recuperación del dólar frente al euro, que por momentos se acercó este viernes a su punto más bajo del año con relación a la moneda estadounidense. Pero ese punto está, de todos modos, por encima de 1,23 dólares. En consecuencia, no hay motivos para olvidar la preocupación que provoca la debilidad de la divisa "ancla" del sistema financiero internacional, que en dos años ha perdido casi un 40% de su valor frente a la moneda única europea.

Oídos sordos en el BCE

El asunto es serio, sobre todo para los exportadores del "viejo mundo". Tanto es así que los jefes de gobierno de los dos mayores socios de la Unión Europea, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin, han solicitado, más o menos desembozadamente, una rebaja de los intereses, que presione al euro a la baja. Y no son los únicos. Pero el Banco Central Europeo, BCE, reaccionó como suele hacerlo en estos casos: subrayando su independencia y sin mostrar la más mínima inclinación a acoger demandas de la esfera política.

Uno de los miembros del consejo del BCE, el presidente del instituto emisor griego, Nicholas Garganas, señaló explícitamente que, a su juicio, "los intereses son adecuados para esta situación". En otras palabras, lo más probable es que por el momento no se modifique la tasa actual del 2,0%, aunque todo puede suceder; menos que los guardianes del euro se sometan a dictados gubernamentales.

Pocas salidas

Por otra parte, resulta poco probable que el banco central estadounidense se decida a fortalecer el dólar, subiendo sus intereses, por mucho que el canciller alemán, Gerhard Schröder, exponga su inquietudes durante su visita a las tierras de George W. Bush. Folker Hellmeyer, analista en jefe del Banco regional de Bremen, considera que sería prematuro esperar alzas allí en el segundo semestre de este año. "Toda la economía estadounidense depende de la política de bajos intereses. Con ella se mantienen a flote los particulares", indicó en entrevista con DW-WORLD.

¿Qué posibilidad quedaría, entonces, para no resignarse a la subida del euro? Sólo la de una intervención del BCE, es decir, la de comprar dólares para fortalecer su curso. Sin embargo, algunos expertos no lo consideran adecuado. Hellmeyer hace notar que "el BCE puede intervenir cuanto quiera, pero no modificará con ello las causas de la debilidad del dólar". En suma, los exportadores europeos probablemente tendrán que seguir lidiando con las actuales condiciones. Eso implica un redoblado esfuerzo, particularmente en lo tocante a sus ventas al mercado norteamericano. Y no les quedará más remedio que hacer frente a sus competidores, ya sea abaratando costos de producción, o apostando por la calidad de sus productos.