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En Alemania sin papeles y sin futuro

José Ospina Valencia16 de enero de 2004

Aunque la migración ha sido un fenómeno de todos los tiempos, y Alemania un país de emigrantes e inmigrantes, se ha ignorado este hecho a la hora de ofrecer soluciones. El actual Gobierno verdi-rojo no es la excepción.

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Un obrero ilegal es apresado en Fráncfurt del Meno.Imagen: dpa

Alemania no promoverá ninguna campaña de legalización de emigrantes ilegales parecida a la anunciada por el presidente estadounidense. Esta es, en resumen, la intención del Informe sobre Migración 2003 presentado por la encargada del Gobierno para Migración, Mariluise Beck en Berlín. "No vamos a promover grandes campañas de legalización y no porque esté en contra, sino porque entiendo que hay que hacer las cosas de otra manera, paso a paso, de forma realista, atendido a las necesidades de cada grupo", subrayó la funcionaria. Beck empero, no especificó ninguna fórmula para aliviar la difícil situación de miles de personas ilegales en Alemania.

Según el Informe 2003 sobre Migración, en Alemania hay un mínimo de 90.000 ilegales, en su mayoría, procedentes de países de la Europa del Este, sobre todo polacos y rusos, seguido de africanos y latinoamericanos. El profesor Friedrich Heckmann, uno de los autores del informe, precisó que se trata de un cálculo conservador hecho a partir de los casos detectados por la policía, y señaló que la bolsa de ilegales se mantiene estable respecto de años precedentes.

Sin papeles, sin trabajo

Reconociendo los problemas generados a una sociedad por causa de la inmigración ilegal, también es cierto que la empresa privada, no pocas veces, se beneficia de ella. Algunas empresas constructoras, por ejemplo, dan empleo a ciudadanos sin papeles para ahorrarse las prestaciones sociales.

Jeder ist ein Fremder - fast überall
Imagen: Haus der Geschichte

Aparte de empleadores sin escrúpulos, los extranjeros están expuestos aquí a vejaciones por parte de algunos agentes policiales. No en vano, Alemania figura en las listas de Amnistía Internacional entre los países en donde se violan los Derechos Humanos. Y, como si fuera poco, los ilegales sufren la exclusión de los servicios de sanidad y, en el caso de los hijos, del sistema escolar. Pero aún en la adversidad, hay colegios que no preguntan – o no les interesa - el status civil del estudiante y anteponen el derecho a la educación del niño "legal" a la obligatoriedad de tener papeles en regla. Y en Alemania, aunque las autoridades se muestren implacables, en el submundillo de los ilegales se sabe que hay médicos que atienden a personas sin papeles, sabiendo que eso es un delito.

Criminalización de quienes buscan mejores horizontes

La ilegalidad no significa criminalidad, pues precisamente los inmigrantes ilegales son, por razones obvias, de los más respetuosos de las leyes. Para evitar los controles de la policía, procuran evitar la calle, manteniéndose alejados de las zonas de conflicto. Un "sin papeles" se cuida, incluso, de no pasar - ni por equivocación - un semáforo en rojo en Múnich, Berlín o Hamburgo. La criminalización de los ilegales es, a pesar de todo, evidente. Toda persona sin papeles atrapada por la policía es recluida en cárceles, por lo general, adyacentes a aeropuertos, como estación preliminar a su expulsión.

Integration von ausländischen Mitarbeitern bei Ford in Köln
Imagen: AP

Las autoridades del Interior calculan que el grupo más numeroso entre los ilegales lo forman los polacos, situación que no cambiará con el ingreso de Polonia en la Unión Europea (UE) el próximo 1° de mayo, pues Alemania, entre otros, logró imponer una moratoria de siete años a la libre circulación de personas y bienes. "Desde el punto de vista de la migración, la ampliación no va a cambiar nada", dice el profesor Friedrich Heckmann. Pese al debate político que suscita el tema inmigración, Alemania ha dejado de ser el gran país receptor de mano de obra legal, como en los años 50, cuando llegaron grandes contingentes de turcos, italianos, yugoslavos y españoles. Así, de los 880.000 inmigrantes registrados en Alemania en 1997 se pasó, según los datos oficiales, en el 2002 a 219.000 inmigrantes con permiso de larga duración, lo que arroja una cuota del 0,25 por ciento. Por eso, cuando el Gobierno habla de medidas de integración, piensa sólo en un grupo de 250.000 personas.

Alemania necesita más inmigrantes

Alemania está en mora de asumir su plena responsabilidad para con todos los extranjeros, legales e ilegales, que aportan al desarrollo de esta sociedad. El mantenimiento de las estructuras sociales y el alto nivel de vida la obligan a recibir – ojalá de mejor forma - a más inmigrantes. Es más, un país como Alemania con bajos índices de nacimientos desde hace cuatro décadas, se enfrentará, ya en 2010 a un grave problema de déficit demográfico y, a diferencia de lo que ahora ocurre, se alegraría de contar con más mano de obra extranjera cualificada y no cualificada.