1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Enzensberger cumple 80

11 de noviembre de 2009

Ha sido descrito como una “criatura del aire”, como un “sabueso del viento”. Otros consideran a Hans Magnus Enzensberger como un poeta y pensador lúcido, como un observador insobornable de los acontecimientos. Un retrato

https://p.dw.com/p/KUD9
Hans Magnus Enzensberger.Imagen: picture-alliance/ dpa

Es campeón de la carrera de fondo y de media distancia. Como él mismo dijo recientemente: nunca ha escrito un libro con más de 350 páginas. Y al mismo tiempo, Hans Magnus Enzensberger es uno de los autores contemporáneos más productivos y polifacéticos. Escribió –y escribe– ensayos, novelas, libros infantiles, obras de teatro, libretos para óperas, pero por sobre todas las cosas: poesía lírica. Hizo su debut literario en 1957 con el poemario Defensa de los lobos; Enzensberger tenía entonces 28 años. Apenas seis años más tarde recibió el premio Georg Büchner, el reconocimiento literario más alto en territorio alemán.

Partida hacia el horizonte


Aunque creció en Nuremberg, Enzensberger nació el 11 de noviembre de 1949 en Kaufbeuren, una ciudad independiente ubicada en Algovia, en el suroeste de Baviera. En 1945, a la edad de 16 años, fue llamado a las filas de la milicia nacional conocida como Volkssturm (literalmente, “Tormenta del pueblo”), el último aliento de las fuerzas armadas germanas. Tras culminar sus estudios trabajó como traductor, corrector, redactor de radio y profesor universitario.

Tempranamente, en los días en que los alemanes todavía no viajaban con frecuencia, Enzensberger consumó su deseo de partir hacia tierras lejanas; estuvo en Estados Unidos, en México, en Noruega, en Italia, en la Unión Soviética y en Cuba, la isla en donde aprendió lo que significaba cosechar caña de azúcar y de donde regresó políticamente desilusionado.

Un izquierdista crítico


En 1965, siendo ya portavoz del movimiento estudiantil y de los intelectuales de izquierda alemanes, Hans Magnus Enzensberger fundó en Berlín la revista Kursbuch, una publicación que se convirtió rápidamente en un foro importante para el debate de temas sociopolíticos. Durante una década entera perteneció al gremio de editores de la revista; diez años en el curso de los cuales se transformó en un crítico de los izquierdistas.

Buchcover: Enzensberger - Die Geschichte der Wolken
Die Geschichte der Wolken (La historia de las nubes).

Enzensberger nunca se dejó etiquetar. El poeta siempre se corrigió a sí mismo, cambió de posiciones, de perspectivas; eso le permitió mantenerse como observador independiente de la sociedad alemana, a pesar de que algunos lo tildaban de “camaleón” o de “equilibrista”. Peter Rühmkorf, una figura influyente en el ámbito literario alemán de posguerra, lo describió alguna vez como una veleta, que se mueve siguiendo la dirección de las tendencias de moda.

Un intelectual alemán


Fundó también la revista Transatlantik y editó durante casi veinte años la Andere Bibliothek (“la Otra Biblioteca”). Enzensberger era un intelectual de nuevo cuño, como lo llamara su biógrafo, Jörg Lau; un hombre polifacético que influyó de manera notable sobre los debates sociopolíticos de la república; un político comprometido, con buen humor y una tendencia a la ironía; un amante de la música y los idiomas… se dice que a los setenta comenzó a aprender portugués.

Enzensberger mit Neuedition von Humboldt Werken
Imagen: dpa

Además, Enzensberger ha demostrado tener una pasión inusual por la matemática y las ciencias. “Yo podría haber sido un buen químico o un banquero; pero uno debe conocer sus prioridades”, dijo alguna vez. En los últimos años se inmiscuyó nuevamente en discusiones públicas aportando sus puntos de vista en materia de migración, Europa, Islam y la guerra de Irak; él es, por cierto, uno de los pocos intelectuales alemanes que apoyó esa intervención militar.

Con 80, fiel a su vicio


Sin embargo, Enzensberger no renuncia a la poesía por nada. “La literatura también es un vicio. Es como fumar. A mí me cuesta mucho dejarla”. Mientras escribía se iba acercando a su cumpleaños número 80; pero al respecto prefiere no hacer ningún alboroto. Para él se trata simplemente de otra fecha más en el calendario.

Autora: Cornelia Rabitz/ER

Editor: