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El euro no tiene la culpa

3 de junio de 2005

La prensa europea sale en defensa del euro en sus comentarios de este viernes, ante las críticas que se han formulado contra la moneda común europea tras los referendos de Francia y Holanda.

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Buscando un chivo expiatorio...Imagen: AP

Le Figaro, de París, opina: ¿Qué ocurre desde el rechazo a la Constitución europea? El Banco Central Europeo es atacado desde todos los flancos y se alzan voces para explicar que se puede ignorar las reglas que restringen el déficit fiscal o las deudas estatales. Con la venia del voto popular, entendámonos. En este ambiente resulta fácil atacar al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, como lo hizo Silvio Berlusconi, o criticar los frenos que impone Bruselas. (...) naturalmente, el pacto de estabilidad no es un dogma y las situaciones de emergencia pueden justificar alguna flexibilidad en la interpretación de las reglas. También se puede pensar que la política monetaria del BCE fue demasiado estricta, o lo sigue siendo. Pero, en el fondo, esos son sólo asuntos sobre el manejo de la coyuntura."

El rey dólar

La Stampa, de Turín, apunta: "Si realmente se pusiera fin al euro (lo que por suerte es únicamente una discusión teórica) sólo quedaría el dólar como moneda rectora. En tal caso, lo europeos tendríamos de seguro una soberanía monetaria menor que la actual. A la sombra del rey dólar, muchas particularidades europeas -especialmente estructuras complejas como las del 'estado social' que algunos quisieran defender abandonando el euro- tendrían más dificultades que hoy en día. Los europeos nos veríamos reducidos a la periferia de Estados Unidos y sus grandes empresas, que aprovecharían el fortalecimiento de su propia moneda e incrementarían claramente su presencia e influencia en Europa."

Las causas de la crisis

La edición alemana del Financial Times indica: "Lo que ha fracasado no es el euro, sino la monstruosa idea que los alemanes tienen de él. Por eso, los alemanes deberían cesar cuanto antes de parlotear sin ningún sentido económico sobre el retorno del marco, como si con él no hubiera desempleo masivo. El euro no es demasiado blando, sino demasiado duro, debido a las múltiples reglas alemanas de estabilidad. Si los europeos hubieran reaccionado desde el 2001 con drásticas rebajas de intereses y medidas coyunturales a la caída de la bolsa -como los supuestamente tan neoliberales estadounidenses- y hubieran encontrado un mejor ajuste entre los países pujantes y los debilitados, tendrían hoy más crecimiento y menos desocupación. Y no tendrían una crisis constitucional. Quizá la gente incluso habría votado por una UE que ataja las crisis coyunturales y salva puestos de trabajo en lugar de propagar temores."

Confusión de argumentos

El Süddeutsche Zeitung, de Múnich, comenta: "No se puede negar que el euro ha sufrido los embates de los referendos de ambos países fundadores de la UE y que el ánimo se ha vuelto en su contra en los mercados financieros. Así son los corredores de divisas: a veces sólo registran las noticias positivas, a veces sólo las negativas. Ante la amplia opinión pública, algunos argumentos económicos se confunden. Es correcto que en el ámbito del euro hay considerables diferencias en cuanto a crecimiento e inflación. Irlanda crecerá este año un 5%, Alemania ni siquiera un 1%; en España la inflación es del 3%, en Alemania del 1,7%. Lo determinante es, sin embargo, que tales diferencias no han aumentado desde la introducción del euro. Por lo demás, son algo normal en estados federados."