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El contribuyente de cristal

Claudia Herrera Pahl9 de agosto de 2007

El Gabinete de gobierno alemán aprobó un paquete de medidas que busca hacer más eficaz el sistema recaudatorio germano: ahorrar al Estado millones de euros y generarle otros más incrementando la transparencia.

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La "Steuerkarte" pronto sólo se verá en un museo.Imagen: picture-alliance/dpa

Anualmente el fisco envía a cada contribuyente una tarjeta para la declaración de renta. Se trata de una cartulina de 15 por 21 centímetros cuyo color varía según el año. El documento se entrega al empleador, este le agrega la información correspondiente al salario pagado. Va de regreso al empleado quien conjuntamente con su declaración de impuestos la envía a la oficina fiscal. La reforma aprobada por el Gabinete prevé reemplazar estas tarjetas impresas por un sistema electrónico en el que se almacenarán los registros fiscales de los trabajadores.

De ciudadano a número

La reforma impulsada por el ministro de Finanzas, el cristianodemócrata Peer Steinbrück, busca incrementar la transparencia y la eficiencia. El nuevo sistema electrónico contempla la creación de un número de identificación impositivo el llamado TIN. Cada uno de los cerca de 82 millones de ciudadanos alemanes tendrá el suyo y en el quedará archivada, por el momento, la información relevante para el cálculo fiscal. Los datos contenidos en los TINS de 82 millones de personas estarán guardados en un archivo central.

La introducción del TIN debe ser aún aprobada por el Bundestag y Bundesrat, las cámaras baja y alta del Parlamento. Como el gobierno posee la mayoría en ambas, se puede decir que se trata sólo de un acto formal. Se planea tener listo el archivo central hasta el 2011.

Básicamente la idea del monitoreo electrónico responde a nuestros tiempos y a los avances tecnológicos. Habría poco que criticar si se supiera quién tendrá acceso a la información y sobre todo cómo se pretende proteger este sensible “tesoro” de miradas indiscretas.

En la información a archivarse se encuentran datos del conyugue, de los hijos, la confesión religiosa, el tipo de contribuyente y los montos libres de impuesto. Los empleadores tendrán acceso a una parte de los datos para hacer sus cálculos fiscales.

El hombre de cristal

Una de las principales críticas se centra en el hecho de que toda esta información se archive centralmente. Hasta dónde puede llevar la centralización de información sensible, se observa en otros países, en donde la concesión de un crédito, la membresía a un club o la simple compra de productos está supeditada a la presentación del famoso TIN.

¿Quién asegura que la información no será mal utilizada? ¿Se puede confiar en el Estado, qué pretende hacer con esta masa de información?

Los partidos de oposición, tanto liberales, ecologistas y la bancada de izquierda han criticado al unísono la decisión del Gabinete. Ven peligrar los derechos de los ciudadanos.

El presidente de la Asociación de Contribuyentes, Kart Heinz Dake, hizo hincapié en que el peligro es inminente. Para ejemplificar habla sobre la ley aprobada para combatir el terrorismo que da acceso a las autoridades correspondientes a la información bancaria de los ciudadanos. Se sabe entretanto, que el fisco accede a las cuentas bancarias utilizando esta ley.

Otro ejemplo es el sistema de monitoreo de camiones de carga: inicialmente el chip integrado en el tablero de los camiones era para contabilizar el peaje de carretera que deben pagar. Pero la policía planea ahora utilizar la información archivada en dicho chip para castigar posibles infracciones de tránsito, como el exceso de velocidad.