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EE.UU-UE: plato fuerte energético y comercial

mb20 de junio de 2006

La agenda de la Cumbre entre Estados Unidos y la Unión Europea tiene como plato fuerte el asunto de las relaciones comerciales y no abunda en puntos que podrían resultar indigestos

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Ante la visita de George Bush, una protesta de activistas de Los Verdes por GuantánamoImagen: AP

En vísperas de la Cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos, las relaciones oficiales entre ambos bloques, sin embargo, se encuentran en un momento de agradable calidez, a pesar de que a juzgar por las manifestaciones de protesta anunciadas para recibirlo y por recientes encuestas, la población europea no siente demasiada simpatía hacia el presidente Bush.

El presidente estadounidense, George W. Bush, llega a la capital austríaca un día antes de que empiece, el 21 de junio, la Cumbre anual entre Estados Unidos y la Unión Europea, y no será recibido precisamente con los brazos abiertos por los vieneses.

En Viena están preparadas varias manifestaciones con cientos de miles de participantes para protestar en contra de la presencia del mandatario. Según una reciente encuesta del periódico Financial Times, un 36% de los europeos opinan que la política exterior de Washington representa actualmente la mayor amenaza a la paz mundial.

¿Miel sobre hojuelas?

Si en la percepción de la población la sombra de las desavenencias y el disenso habidos por la invasión a Irak siguen ensombreciendo las relaciones europeas con el país más poderoso del mundo, las relaciones euro-americanas se encuentran en un punto cálido. Según analistas de la prensa europea, la visita del reelecto presidente norteamericano a comienzos de este año significó un punto de inflexión; durante su estancia, Europa se habría esforzado en restañar las heridas abiertas en las relaciones trasatlánticas durante la guerra contra Irak.

Así, el acuerdo en cuestiones internacionales no podría ser mejor: en cuanto a Irán, aunque Estados Unidos y Europa tiran de la misma cuerda, Washington ha cedido la voz cantante a la UE; Afganistán es un ejemplo de cooperación; en Oriente Medio, ambos se encuentran en el cuarteto que busca una pacificación de la región.

De Guantánamo y vuelos de la CIA, poco

Ante tanta armonía en cuanto a relaciones con terceros, la Cumbre se centrará en la política energética y el comercio mundial. Y dejará relegados a un segundo plano, temas espinosos como el centro de detención de Guantánamo -cuyo cierre ha sido pedido por varios mandatarios europeos y por el Parlamento- o los vuelos secretos de la CIA desde y a territorio europeo -asunto en el cual están involucrados tanto Estados Unidos como gobiernos europeos.

Plato fuerte: energía y comercio

Así mientras que en el borrador del documento oficial de la Cumbre no se pierde ni una sola palabra respecto a los dos puntos anteriores, se abunda en el mejoramiento de las relaciones comerciales y en la seguridad del suministro energético. El volumen de negocios entre ambos bloques -que según la ministra austríaca de Exteriores, Ursula Plassnik, alcanza los mil millones de euros anuales-, las relaciones comerciales y la dependencia mutua hacen necesario que el tema comercial sea el punto central de la Cumbre, declaró Plassnik.

Teniendo en cuenta el alto consumo de energía a nivel mundial, causado sobre todo por China e India, Estados Unidos y la Unión Europea se han propuesto elaborar una estrategia conjunta para asegurar su suministro. En ese contexto se tratará tanto puntos como el acceso al petróleo y al gas, como el desarrollo de energía alternativa y el ahorro de energía.

Se tratará también el asunto de la Ronda de Doha en cuanto a liberalización del comercio: "Si Estados Unidos estuviese dispuesto a recortar sus subvenciones agrícolas, la Unión Europea repensaría el asunto", declaró el comisario europeo de Comercio, Peter Mendelson, ventilando ya el tema con vistas al siguiente encuentro ministerial de la Organización Mundial del Comercio.

Y, por último

Y hasta allí los asuntos más o menos apetitosos del menú a servirse en esta Cumbre. Se incluye también en la agenda tanto el empantanado tema del acuerdo aeronáutico -que permitiría a las compañías aéreas de ambos bloques el libre acceso a sus mercados cuya aprobación por el senado norteamericano sigue pendiente-, como la probable cancelación del Visa-Waiver-Programm, que permite a ciudadanos de ciertos países europeos ingresar y permanecer hasta tres meses sin visado en Estados Unidos. Estos dos últimos puntos, si bien no indigestos como podrían resultar Guantánamo o vuelos secretos, sí que requerirán de algún buen bajativo.