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¿Cómo hacer amigos en Alemania?

Emilia Rojas Sasse22 de mayo de 2006

¿Se apresta Ud. a viajar a Alemania para disfrutar del Mundial y, de paso, hacer nuevos amigos? En tal caso, estos consejos le serán imprescindibles para no espantar al homo germánico (sin distingo de género).

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Cuidado con los piropos... No siempre son bien recibidos.Imagen: Bilderbox

Si tiene Ud. más de 10 años de edad, lo primero que debe tener en cuenta al conocer a un alemán (o alemana) es que en la tierra de Beckenbauer cada uno es muy celoso de su espacio existencial. Ergo, aproximarse a menos de un metro de distancia puede ser interpretado como una amenaza, si no para la integridad física, al menos para la emocional. Nadie espera de Ud. un beso de saludo, a menos que sea un pariente o una persona muy amiga. Por lo tanto, no se abalance a repartir ósculos a diestra y siniestra. Cosechará reacciones que van desde el evidente rechazo hasta una mano extendida que indica a las claras hasta dónde puede llegar. Si le devuelven el beso, será un gesto de magnanimidad que excepcionalmente se dispensa a los extranjeros desubicados. En todo caso, si llegara Ud. al nivel de amistad en que sí se puede repartir besos, tenga presente que se estila dar uno en cada mejilla, así es que no retire el rostro antes de tiempo, para no dejar al besador con el cuello estirado.

Guarde su distancia

Symbolbild - Händedruck
Un apretón de manos es un gesto formal, pero sin riesgos.Imagen: dpa - Report

Lo de las distancias vale también para los abrazos. Abrazarse no es un gesto que los alemanes suelan llevar a cabo con frecuencia, ni siquiera para las fiestas de año nuevo. Y, una vez más, sólo se estila abrazarse entre personas de mucha confianza. Pero ojo, ni siquiera en tal circunstancia estamos hablando de esos abrazos hispanoamericanos rompecostillas o quebrantamédulas. Tampoco palmotear estrepitosamente la espalda de un alemán promete buenos resultados en la empresa de ganar amigos. En el mejor de los casos, el germano en cuestión le devolverá una palmada que lo dejará con ciertas molestias a la altura del omóplato.

Si es Ud. varón y sus planes no se limitan a entablar nuevas amistades, sino que se propone venir a Alemania en son de conquista, deberá poner especial cuidado con su estrategia de abordaje. Las chicas germánicas no están habituadas a los piropos callejeros. De hecho, más de una latinoamericana recién aterrizada en las canchas de Klinsmann llegó a abrigar la dolorosa sospecha de que sus encantos se habían esfumado de golpe, al pasar junto a una construcción sin inspirar ni siquiera un tímido silbido de admiración. En Alemania, lanzar piropos al aire es un deporte prácticamente desconocido. No pretenda pues introducirlo, a menos que esté dispuesto a recibir respuestas poco edificantes.

El auto no se toca

Bildgalerie IAA 2005 Daimler Super Eight
Cuando el auto es el mejor amigo del hombre...Imagen: AP

Por último, otro consejo que siempre resulta útil, en cualquier época del año y en cualquier circunstancia: no olvide que, para el homo germánicus, si hay un objeto general de culto, ése es el automóvil. Por lo tanto, por cansado que esté, ni se le ocurra posarse sobre el capó de un reluciente coche, menos si sostiene en sus manos una salchicha o una jarra de cerveza. Por más entonado que esté el ambiente, el dueño del vehículo comenzará por mirarlo feo y terminará exhortándolo a voz en cuello a retirarse.

Por muy entonado que esté el ambiente y por mucho que la fiebre mundialista haya contagiado a los alemanes con que Ud. se tope, la farándula tiene sus límites. Los clásicos ejemplares germanos suelen recuperar de sopetón la seriedad o la sobriedad si transgrede Ud. los marcos ya señalados. Sobre todo el último. Porque, cuando a un alemán le tocan el auto, hasta ahí no más llega la voluntad de comprensión intercultural.