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Barahúnda en la cumbre de la OMC

PK14 de diciembre de 2005

Los negociadores de casi 150 países miembros de la OMC es esfuerzan por lograr una liberalización del comercio mundial. Pero las esperanzas se disipan por acaloradas disputas en todas las áreas.

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El Director General de la OMC, Pascal Lamy, habla durante la cumbre: nadie quiere dar el brazo a torcer.Imagen: AP

Nuevas tensiones se han desatado ahora entre EEUU y la Unión Europea (UE) en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tiene lugar actualmente en Hong Kong.

El comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, acusó a EEUU de subvencionar indirectamente a sus propios agricultores a través del envío de ayuda de alimentos a países pobres. Por su parte, el encargado de Comercio de EEUU, Rob Portmann, tildó a los europeos de "poseídos" por el tema de las ayudas alimentarias.

Celso Amorim, el ministro de RREE de Brasil, exigió por su parte a los países industriales la reducción de sus subvenciones agrarias sin condiciones. "Los países ricos no pueden esperar recompensa por hacer algo que deberían haber hecho hace ya tiempo", dijo Amorim hoy en Hong Kong.

WTO Konferenz in Hongkong Demonstration
Una manifestante danesa en Hong Kong.Imagen: AP

Amorim es uno de los portavoces del Grupo de los 20 (G 20), compuesto por grandes países "en el umbral del desarrollo". En el sistema mundial de comercio reina "una estructura de privilegios e injusticia", agregó el brasileño.

La UE espera concesiones

La UE presentó una oferta para una moderada apertura de su mercado agrícola, pero espera de los países en desarrollo concesiones en las negociaciones en relación con los aranceles industriales (NAMA) y la liberalización de los servicios (GATS).

Los países en desarrollo temen que una disminución de la protección a la propia industria termine con todo proyecto de industrialización nacional y que la liberalización del mercado de servicios, por ejemplo de compañías de seguros, arrase con las empresas locales, no tan bien preparadas como las de los países industriales para la competencia internacional.

En nombre de los países exportadores de bienes agrícolas, el ministro de Comercio de Nueva Zelanda, Jim Sutton, exigió de los europeos una apertura de sus mercados agrarios también para los productos "sensibles" (p. ej. leche, manteca, carne, bananas y azúcar) y el fin de todas las subvenciones a la exportación

Nueva Zelanda: "no desperdiciar la oportunidad"

Sutton advirtió además de las consecuencias de un fracaso de la ronda Doha: "si desperdiciamos esta oportunidad, quizás no vuelva en esta generación", profetizó.

La cuestión es complicada. Pues mientras que los grandes exportadores de productos agrícolas esperan de una apertura de los mercados un aumento de sus ventas, los 79 países en desarrollo del grupo ACP (Asia, Caribe y Pacífico, generalmente ex colonias europeas ligadas a sus ex metrópolis) temen perder las preferencias comerciales que la UE les concede actualmente.

Esa "erosión de las preferencias" debe ser contrarrestada, exigió el ministro del Exterior de las Islas Mauricio, Madan Dulloo, y defendió regulaciones especiales para productos como azúcar o bananas, de las que dependen sobre todo los países más pobres.

G 20: "sólo excusas"

"Ésas son excusas para no reducir sustancialmente las subvenciones agrícolas", argumentan por su parte los grandes exportadores, acusados a su vez por la UE de poder vender barato porque "practican el dumping social y ecológico", es decir, la explotación de una mano de obra barata, el no cumplimiento de los estándares sociales y escasa protección ambiental.

Como se ve, la situación está enmarañada. A ello se agrega que muchos participantes en la cumbre vislumbran que si no se llega a un acuerdo general, comenzarán a multiplicarse los acuerdos bilaterales, tendencialmente favorecidos por EEUU. Al final saldrá ganador seguramente quien tenga los nervios más fuertes.

Al margen de la cumbre de la OMC se registraron nuevamente choques entre manifestantes violentos y la policía. Ésta empleó sprays de pimienta para disipar a manifestantes coreanos que intentaban superar las barreras que los separaban del centro de congresos donde tienen lugar las negociaciones.