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Alivio en Europa por el “sí” de Irlanda al Tratado de Lisboa

3 de octubre de 2009

El resultado del referéndum de Irlanda sobre el Tratado de Lisboa fue “una declaración de la voluntad de permanecer en el corazón de Europa”, afirmó el premier Brian Cowen. El “sí” ganó con un 67,1% de los votos.

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Irlandeses celebran el triunfo del ''sí'' en Dublin.Imagen: AP

Con una clara mayoría de dos tercios, los irlandeses se pronunciaron a favor del Tratado de Lisboa en un referéndum que contó con el 58% de participación, según informó la comisión electoral en Dublín. Ya los primeros recuentos habían despejado cualquier duda sobre el desenlace: esta vez los irlandeses dieron su visto bueno al Tratado que en junio de 2008 habían rechazado. Tan evidente fue ahora desde el comienzo la ventaja del ‘sí’ que, mucho antes de conocerse los resultados oficiales, el propio líder de los euroescépticos irlandeses, Declan Ganley, reconoció públicamente su derrota.

Aplausos europeos

Tampoco los líderes europeos esperaron a conocer los cómputos finales para manifestar su beneplácito por el desenlace de este nuevo referéndum en Irlanda, que salvó a la UE de sufrir una nueva catástrofe política. El jefe de gobierno sueco, Frederick Reinfeldt, quien ocupa la presidencia de turno de la UE, habló de “un buen día para Europa”, mientras el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se mostró satisfecho, agradeciendo lo que consideró una “muestra de confianza” de parte de los irlandeses

Por su parte, la jefa del gobierno de Berlín, Angela Merkel, felicitó al pueblo de Irlanda y al primer ministro Brian Cowen, por haber dado “un paso importante en el camino hacia el Tratado de Lisboa”. Al mismo tiempo, subrayó que “Alemania, en el día de la unidad alemana, está feliz con el resultado”.

Las causas del vuelco de Irlanda

Irland / Cowen / Referendum
El primer ministro irlandés, Brian Cowen, logró su objetivo.Imagen: AP

Si bien la magnitud de la victoria del “sí” sorprendió este sábado, el resultado favorable al Tratado de Lisboa ya había sido vaticinado por las encuestas. Las razones que lo explican son varias. Por una parte, el gobierno de Irlanda logró diversas garantías, como la de que no se alterará la neutralidad militar del país, ni su sistema tributario, y no será puesta en tela de juicio la estricta prohibición del aborto.

Por otro lado, la crisis financiera y económica global, que golpeó duramente a Irlanda, parece haber convencido a sus habitantes de la conveniencia de estar anclados en la Unión Europea. También el euroescéptico Ganley estimó que mucha gente votó afirmativamente esta vez por miedo al desempleo.

Escollos pendientes para el Tratado de Lisboa

El alivio generalizado en las altas esferas de la Unión Europea todavía, sin embargo, no se vuelca en celebraciones. Desde la primera y estrepitosa derrota que sufrió el proyecto de dotar a la UE de una constitución, en Bruselas se ha aprendido a mantener cautela y a tomar en serio todos los posibles contratiempos.

Aún después de la aprobación irlandesa, el Tratado de Lisboa, que habrá de dar más capacidad de acción a la Europa de los 27, todavía no es un hecho. Para que pueda entrar en vigor se requiere la ratificación de todos los países miembros, y aún falta la de Polonia y la República Checa. Si bien se da por sentado que el presidente polaco lo suscribirá tras haberse despejado la incógnita en Irlanda, en Praga el proceso podría dilatarse, en vista de que está pendiente un recurso ante el Tribunal Constitucional.

José Manuel Durao Barroso dijo confiar en que el presidente checo, Vaclav Klaus, “no se opondrá en el último momento al tratado” e instó a que éste sea ratificado “lo antes posible en Polonia y la República Checa”. El tiempo apremia, sobre todo porque en 2010 habrá elecciones en Gran Bretaña y, de ganar los conservadores de David Cameron, el nuevo gobierno de Londres podría convocar también un referéndum al respecto. Y, en tal caso, se abriría nuevamente una incógnita en el proceso de integración europeo.

ERS/dpa/afp/ap

Editor: José Ospina