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"Alemania aprovechó su oportunidad"

La entrevista fue realizada por Nancy Isenson30 de septiembre de 2005

Como ministro de Relaciones Exteriores germanofederal, Hans Dietrich Genscher tuvo un papel protagónico en la reunificación de Alemania. 15 años después, hace balance en entrevista con DW-WORLD.

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Hans Dietrich Genscher considera que los problemas del país no sólo se derivan de la reunificación.Imagen: dpa - Fotoreport

DW-WORLD: Hablar mal de la situación alemana parece casi un deporte nacional. ¿Qué cosa positiva podría decir Ud. sobre la Alemania de hoy? ¿En qué radican los éxitos de la Alemania reunificada?

Hans Dietrich Genscher: En primer lugar, naturalmente, en la misma reunificación y en el hecho de que Alemania es hoy un miembro importante y activo de la Unión Europea. Eso vale para los alemanes del norte, del sur, del este y del oeste, de manera que no veo motivo para un juicio negativo. Alemania enfrenta grandes problemas y tenemos que llevar a cabo reformas. Pero esto no tiene tanto que ver con la unificación, sino con las consecuencias del previo mal manejo económico socialista de la parte oriental, por otro lado, con el cambio en la estructura demográfica de nuestra sociedad y los desafíos de la globalización, que tenemos que enfrentar como todos los demás países. Pero en ese terreno las oportunidades son mayores. En consecuencia, pienso que hay que mirar hacia el futuro y estoy seguro de que nuestro país saldrá adelante.

Ha sucedido muchísimo y creo que cada vez se hacen menos diferencias entre la gente del Este y del Oeste. La generación joven ve el futuro de nuestro país en Europa como un desafío mancomunado. Durante décadas los alemanes tuvimos que vivir separados contra nuestra voluntad, en dos sistemas políticos diferentes. Eso ya no es así. Tenemos un futuro mancomunado y superar ese desafío es también una tarea y un objetivo compartido. Hay una serie de personas que siempre encuentran algo negativo. En algunos casos tengo la impresión de que lo buscan expresamente. Y también hay gente que quizás no deseara tan ardientemente la unificación como la gran mayoría de los alemanes del Este y del Oeste.

El Muro de Berlín sigue existiendo en la cabeza de la gente. ¿Por qué tienen los alemanes occidentales todavía tantos prejuicios con respecto a los germanoorientales y viceversa?

No tengo en absoluto esa impresión. He visto como muchos oriundos del Este han hecho su vida en las regiones occidentales y se sienten alemanes. Eso del "muro en las cabezas" es un juego de palabras y me parece que se habla mucho al respecto, pero en realidad no corresponde a la realidad de nuestros días.

El año pasado, por estas fechas, habló Ud. de la equiparación de las condiciones de vida en el este y el Oeste de Alemania como un "derecho constitucional". ¿Tenía Ud. hace 15 años una idea de cuánto demoraría una nivelación del estándar de vida?

No tengo nada de qué retractarme y tampoco hice promesas incumplibles. Dije que sería un camino largo y pedregoso, en el que también podría haber estancamientos o incluso algún retroceso. Pero saldremos adelante. Y nada ha cambiado en esa apreciación. No se puede hacer desaparecer por arte de magia, de la noche a la mañana, los problemas que surgieron en el Este en más de 40 años de economía socialista. Quien haya generado otras expectativas o haya prometido otra cosa, o bien no tenía idea de la situación en el Este o habló con ligereza. Yo no lo hice, porque conocía la situación. Pero hoy vemos en el Este lugares con la infraestructura más moderna de Alemania, encontramos entretanto industrias modernas, al tiempo que también surgen empresas medianas y pequeñas. Pienso que, realistamente, se puede tener una perspectiva positiva.

Mirando retrospectivamente las dificultades de los últimos 15 años, ¿cree Ud. que fue acertado llevar a cabo la reunificación tan aceleradamente como se hizo?

No había otra opción. Fue una ventana, una oportunidad que se abrió en la historia y nosotros la aprovechamos para consumar pacíficamente la reunificación de Alemania. Fue plenamente acertado. En ese entonces, tenía otra opinión en lo tocante a las medidas de fomento. Pensaba que había que fomentar la producción en el Este, como se había hecho en Berlín Occidental en tiempos de la división, de modo de incentivar la creación de centros de producción en las regiones orientales. La idea no recibió apoyo ni de nuestros aliados cristianodemócratas ni de parte de los socialdemócratas.

A nivel nacional acaba de lanzarse una campaña, con el lema "¡Tú eres Alemania!", para motivar a los deprimidos alemanes. ¿Qué necesita el país para animarse?

Sobre todo un gobierno que genere confianza y hable abiertamente sobre los problemas. No sólo que se queje -ya hay suficientes quejas- sino que plantee fórmulas de solución y avance por ese camino en forma fiable. Ésa es la tarea que se plantea ahora y habrá que ver si se satisfacen tales expectativas.

Recientemente dijo Ud. que una "gran coalición" (entre la Unión Cristianodemócrata y el Partido Socialdemócrata) significa un "gran estancamiento". Pero parece que pronto podríamos tener una gran coalición. ¿Cómo ve el futuro inmediato?

Sigo opinando que una gran coalición siempre implica también un bloqueo mutuo y puede inducir a decisiones erradas. Si hoy se dice que se necesita una reforma del federalismo, ése es un llamado a corregir lo que hizo mal la gran coalición que gobernó entre 1966 y 1969. (...) Y eso no produce una sensación de confianza.