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Autopistas de agua

11 de octubre de 2003

El cruce de canales fluviales más grande de Europa ha sido inaugurado en Magdeburgo. Una nueva vía que posibilita que el tráfico marítimo llegue hasta Berlín.

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El nuevo puente de MagdeburgoImagen: AP
El cruce de canales que une el canal de Mittelland con el canal del Havel y el Elba se abrió el 10 de octubre tras seis años de trabajo. El puente, que sustituye el asfalto por el agua, es la pieza clave de un proyecto de ampliación de las vías de comunicación fluviales que cuenta con un presupuesto de 2,3 millones de euros. Es el proyecto N° 17 del paquete de infraestructuras que el gobierno alemán ha planeado para ofrecer vías de comunicación que respeten el medio ambiente y contribuyan a favorecer el crecimiento económico de la antigua Alemania del este. Estos proyectos abarcan los nuevos trazados del ferrocarril, siete proyectos de carreteras y la construcción del acceso fluvial entre Hannover, Magdeburgo y Berlín.

La posibilidad de construir una vía fluvial entre Berlín y el mar ya se contemplaba en el pasado y no es a primera vez que se intenta una obra de tal envergadura. Los primeros intentos datan de 1919 pero en 1942 se modificaron los planes a causa de la guerra y debido a la posterior división de Alemania, la vía quedó intransitable Ahora es la primera vez que se puede circular sin impedimentos desde grandes puertos marítimos, como Rotterdam y Hamburgo, hasta Berlín.

Vía limpia para favorecer el comercio

Manfred Stolpe, ministro de transporte fue el anfitrión del acto de apertura. Elogió la obra como una auténtica maravilla de la técnica con la cual se espera eliminar el cuello de botella que dificultaba el tráfico mercantil entre el este y el oeste. Hasta ahora, los barcos tenían que tomar un desvío de unos 12 Km. por una ruta a través de esclusas construidas hace años con tecnología obsoleta. A partir de ahora las naves podrán ir cargadas de mercancías y pasar por la nueva vía desde el Rin hasta el puerto oeste de Berlín independientemente del nivel de agua y la profundidad del Elba.

Stolpe recordó el aumento del tráfico de mercancías en los últimos años y la falta de capacidad de las carreteras para esta sobrecarga. Los buques tienen una capacidad de carga que se asemeja a la de 100 contenedores y por ello la importancia de que el tráfico fluvial sea de nuevo atractivo para la economía como un medio de transporte más seguro y más limpio.

No es oro todo lo que reluce

Aunque el ministro Stolpe lo considere una maravilla técnica, no todo es perfecto. La noche antes de la inauguración, apareció la primera avería en el canal. Un conducto de agua a presión en la esclusa de Rothensee se rompió provocando inundaciones en la orilla pero la mañana antes del acto ya estaba todo reparado. Sin embargo, Stolpe alabó en el acto las medidas de seguridad planeadas para el canal y aseguró que incluso en caso de un pequeño terremoto no existirían daños.

Pero también en el acto de inauguración apareció la cara oscura del asunto. La agrupación ecologista BUND calificó el proyecto de desproporcionado y dañino para el medio ambiente. La canalización planificada del Havel y el Spree para barcos de gran envergadura puede provocar fatales consecuencias para las reserva naturales de agua en Berlín y Brandenburgo. BUND se manifestó en el acto de apertura bajo la consigna "Adaptar los barcos al río y no el río a los barcos". La asociación ecologista remarcó los daños que le proyecto va a provocar en las zonas de humedales a las orillas del río y exigió que el gobierno cancele los posteriores proyectos tras la apertura del canal. La controversia entre progreso y medio ambiente ya está servida.