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Jueces, neonazis y agentes

9 de octubre de 2002

El Tribunal Constitucional alemán reinició las audiencias para determinar si continuará el proceso para prohibir al ultraderechista Partido Nacional Democrático, NPD.

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Neo-nazis hacen el saludo de Hitler.Imagen: AP

El proceso de proscripción fue interrumpido en enero pasado al descubrirse que miembros del partido eran informantes de los servicios secretos alemanes. Los jueces quieren aclarar en que medida los miembros del partido fueron influenciados o ‘manipulados’ por los servicios secretos alemanes. De eso depende que el proceso continúe, independientemente de que concluya en una prohibición de la organización.

El gobierno alemán solicitó al Tribunal Constitucional la proscripción del Partido Nacional Democrático, NPD, después de una ola de violencia en Alemania de trasfondo racista y antisemita, en la que se registraron profanaciones contra cementerios judíos y sinagogas e incluso amenazas de bomba contra familias judías.

Con el atentado contra un grupo de inmigrantes judíos en el 2000 la violencia anti-semita cobró una nueva dimensión, detrás de ella, según las autoridades, se encontraban miembros del partido ultraderechista. A la solicitud de prohibición del gobierno, se sumó la cámara alta y baja del Parlamento, Bundesrat y Bundestag a principios del 2001.

Prohibición de partidos

En Alemania no resulta fácil prohibir un partido político. Sólo el Tribunal Constitucional tiene facultades para hacerlo debido a los ‘privilegios’ que otorga la constitución alemana. Desde la post-guerra han sido prohibidos dos partidos: en 1952, el ultraderechista Partido Imperial Socialista y en 1956 el Partido Comunista alemán. A pesar de las dificultades jurídicas, los órganos constitucionales alemanes coincidían en que el NPD debía ser proscrito.

Jueces suspendieron proceso

Pero el proceso dio un vuelco inesperado. La solicitud de prohibición citaba a altos funcionarios del partido como prueba de que la organización política era hostil a la constitución, el problema es que dichos funcionarios resultaron ser informantes de los servicios secretos alemanes.

El más sobresaliente de ellos era Wolfgang Frenz, un líder regional, quien publicó en 1998 un libro titulado ‘el siglo de los judíos’, en el que abiertamente predica el antisemitismo y advierte sobre la pérdida de la identidad alemana. El Tribunal suspendió el proceso a principios de este año y pidió una aclaración. Los jueces se preguntaban hasta que punto los servicios secretos alemanes habían influenciado las actividades y posturas del partido.

El partido en la mira

La cúpula del Estado y del partido ultraderechista estuvieron presentes en la audiencia del Tribunal. En el proceso de prohibición trabajan alrededor de 120 funcionarios a nivel nacional y regional, entre ellos unos 30 agentes de los servicios secretos. El ministro del Interior, Otto Schily volvió a poner al partido en la mira.

Según Schily la organización sigue propagando activamente el racismo y antisemitismo y le resta importancia a los crímenes cometidos durante el nazismo. Los funcionarios que han sido informantes de los servicios secretos, lo han hecho por dinero, dijo Schily, y son extremistas convencidos y no agentes encubiertos.