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FAO y OCDE advierten que los alimentos seguirán caros

30 de mayo de 2008
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Los precios de bienes agrícolas caerán de sus actuales niveles récord pero seguirán en un nivel alto, advirtieron hoy en París la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) durante la presentación del Informe 2008 sobre la situación del agro en el mundo.

Entre las principales causas para la subida de precios se encuentra el fuerte aumento de la demanda, debido a su vez a los cambios de hábitos alimentarios en países emergentes como China y la India, con un mayor consumo de carne y productos lácteos, y al crecimiento global de la población y de la economía.

Otros fenómenos responsables del proceso son la utilización de tierras y cultivos para producir biocombustibles, el cambio climático, así como el imparable aumento en el precio del petróleo.

Los expertos acusaron a la política aplicada por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos de profundizar el hambre en el mundo con el fomento de los biocombustiles y las altas subvenciones agrarias.

El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, hizo un llamado a la acción. "La crisis de los alimentos es un desafío global y pide una respuesta global rápida", indicó. "El fin de los alimentos baratos en un mundo, en el que la mitad de la población vive con menos de dos dólares por día, preocupa".

Actualmente, los precios de casi todos los alimentos básicos están en un nivel récord, dice el informe, que por cuarto año consecutivo es publicado por la OCDE y la FAO (Organización de ONU para la Agricultura y la Alimentación).

Las graves sequías en las principales regiones de cultivos, una mala situación de las reservas, así como los especuladores contribuyeron al aumento "drástico" de los precios.

Si bien los precios récord no se mantendrán, según Gurría, "los precios promedio en la próxima década superarán en entre un 10 y un 50 por ciento los de los pasados 10 años, eliminando el factor inflacionario".

Muchos alimentos básicos, como el arroz o el maíz, registraron fuertes alzas desde comienzos de año, lo que causó revueltas en países como Haití o México.

El impacto de este proceso se deja sentir sobre todo en países en vías de desarrollo que no pueden producir el alimento que consumen: "Cerca de 860 millones de personas sufren hoy hambre (...) Eso demuestra la importancia de volver a invertir con fuerza en la agricultura", explicó el secretario general de la FAO, Jacques Diouf.

"La agricultura debe volver a ocupar un lugar en la agenda del desarrollo", sentenció.

Por su parte, el director de agricultura de la OCDE, Stefan Tangermann, criticó la promoción de los biocombustibles. "La UE y en mayor medida Estados Unidos engrosan el hambre en el mundo con su política de subvención de biocombustibles", aseguró en entrevista con dpa.

En Estados Unidos se usa en gran medida maíz para producir bioetanol, mientras que en la UE se usan aceites vegetales para biodiésel.

"Ambos ocupan tierras en las que en otro caso se cultivarían alimentos" tanto para consumo humano como animal, indicó Tangermann.

Según el informe, la carne de ternera y de cerdo será en el período 2008-2017 un 20 por ciento más cara que la década previa. El aumento del azúcar se situará en un 30 por ciento, mientras que el del trigo, el maíz y la leche en polvo oscilará entre el 40 y el 60 por ciento.

La subida de los aceites vegetales superará el 80 por ciento. A largo plazo, sostiene el informe, un aumento de eficiencia y productividad logrará equilibrar la demanda y volver a bajar los precios, pero nunca hasta los niveles en que se encontraban los últimos años.

La producción de bioetanol se triplicó entre 2000 y 2007, y está previsto que se duplique hasta los 127 billones de litros anuales hasta 2017.

También la producción de biodiesel aumentaría de los 11 billones de litros anuales en 2007 hasta cerca de 24 billones en 2017.

Mientras, Gurría reclamó la liberalización del comercio: "El aumento de los precios de los alimentos no puede combatirse con proteccionismo (...) El modo correcto es una apertura de los mercados agrícolas y la liberación de las capacidades productivas". (dpa)