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Alemania recuerda a uno de los artistas perseguidos por el nazismo

Cornelia Rabitz/ eu8 de mayo de 2008

¡Huye Peter, no te quedes aquí!, le aconsejaron sus amigos ante el avance de las tropas nazis en la entonces Checoslovaquia. Kien murió poco después en Auschwitz. Una exposición sobre su obra recuerda al artista.

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Peter Kien, autoretrato, lápiz y acuarela.Imagen: Museum Theresienstadt


En las bodegas del monumento levantado en lo que fuera el campo de concentración de Theresienstadt, en lo que es hoy la República Checa, se encuentran cientos de dibujos, acuarelas y pinturas al óleo del pintor checo Peter Kien. La mayoría de ellas fueron producidas cuando el joven artista estuvo prisionero en un Ghetto. Por primera vez puede verse parte de su obra así como una selección de sus poemas en el Museo de Solingen, en la parte Occidental de Alemania. En el catálogo de la exposición los organizadores hablan del descubrimiento de un polifacético artista, que dio muestras de su talento y que estando en el infierno pintó el paraíso.

Peter Kien tenía 21 años cuando llegó junto con otros prisioneros judíos a la localidad de Theresienstadt que pronto fue transformada en un ghetto con un campo de concentración “ejemplar”, con el que los nazis querían engañar a la opinión pública haciendo creer que ahí habían llegado artistas y otras personas de manera voluntaria.

No era el típico artista del Holocausto

Theresienstadt
Imagen de 1941, antes de que los nazis levantaran aquí el campo de concentración de Theresienstadt.Imagen: dpa

Kien ya pintaba y dejó en Praga numerosos dibujos y pinturas, tan sólo llegó con sus herramientas y pinceles a Theresienstadt. Inicialmente dio clases de dibujo a los niños, uno de ellos sobrevivió. El director del museo y los curadores de la muestra tropezaron con él mientras preparaban paralelamente una muestra sobre la obra de una artista israelí. Entonces un profesor de arte les dijo que Peter Kien había sido su maestro en Theresienstadt. Fue así como los organizadores de la muestra le mostraron pinturas que serían expuestas y este inesperado testigo reconoció a muchas personas en las pinturas de Kien, sobre las que no se tenía idea de su identidad.

Kien no es el típico artista del Holocausto que se limita a pintar el sufrimiento y la muerte de las víctimas. La mayoría de las veces pintaba pequeñas historias de la vida cotidiana en el guetto, pero también maravillosos retratos que ahora son exhibidos en Solingen.

Portrait Ilse Stranska, 1936, Kohle, Rötel
Retrato de Ilse Stranska, Peter Kien (1936).Imagen: Museum Theresienstadt

Talento universal

“Representó el horror del campo de concentración a través de pinturas de paisajes de los alrededores”, afirma el director del Museo, Rolf Jessewitsch. Pero también tenía un lado lleno de humor, como se ve en algunos cuadros en los que aparecen personas en primer plano con un pequeño recuadro, la mayoría de las veces en la parte superior derecha y con letra muy pequeña, en el que relata el sueño de esa persona. Así se ve a la enfermera que atendió a Kein, que sueña con que el médico en jefe la cargue en sus brazos. Otros sueñan con escalar una montaña, con hacer una expedición en barco o añoran sus instrumentos musicales. Una mujer sueña con Peter Kien, era su novia.

Kien era un talento universal, incluso bajo las difíciles condiciones de su reclusión. Escribía, dibujaba, hacía poesía. Es en su lírica más que en sus pinturas donde el artista expresa la crueldad y la tristeza del campo de concentración. En la exposición por primera vez se muestran sus poemas. En octubre de 1944 Peter Kien, su mujer, sus padres y sus suegros viajaron en tren a Auschwitz. El artista tenía 25 años cuando se perdió todo rastro de él.