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Bush, Cuba, y otras tensiones

DW-WORLD25 de octubre de 2007

Entre los temas que ocupan a los editorialistas europeos destacan hoy las declaraciones de Bush sobre Cuba, el conflicto turco-kurdo y los esfuerzos de Sarkozy por impulsar la cooperación en el Mediterráneo.

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Bush quiere recuperar la iniciativa.Imagen: AP

Corriere della Sera, de Roma: Estados Unidos no quiere contemplar de brazos cruzados el cambio de mando en Cuba y quiere actuar, eso sí de manera pacífica y en conjunto con la comunidad internacional, para impedir que la isla ‘caiga de una dictadura en otra’. Tal cosa resultaría ‘inaceptable’ para la administración Bush. (...) Ésta fue la primera vez en cuatro años que Bush habla exclusivamente del tema de Cuba. Una clara señal de que la Casa Blanca quiere volver a tomar la iniciativa, después de haber observado en silencio la progresiva retirada de Fidel Castro del escenario y el ascenso de su hermano Raúl”.

“El PKK necesita una guerra”

En cuanto al conflicto turco-kurdo, Die Presse, de Viena, comenta: “Si el ejército turco persigue ahora al PKK en territorio iraquí, eso correspondería al capítulo de la defensa propia. No obstante, el gobierno de Ankara haría bien en dosificar los medios y en no caer en la trampa de una ofensiva a gran escala. Porque justamente eso es lo que quieren los guerrilleros. El PKK, esa secta marxista-nacionalista kurda, está en realidad al borde del colapso. El líder al que rinde culto, Abdullah Öcalan, se encuentra encarcelado desde 1999. Y gracias al acercamiento de Turquía a la UE, por primera vez se le conceden derechos concretos (aunque insuficientes) al pueblo curdo, al que pretende representar. Lo que queda del PKK necesita por ello una guerra tanto como el vampiro necesita sangre. Sólo así puede sobrevivir. Pero quien quiera asfixiar al PKK debe aislarlo por completo. Y eso sólo se logrará si por fin colaboran los kurdos de Irak”.

Turquía no debe ceder a la provocación

ABC, de Madrid: “Apenas había empezado a digerir las consecuencias de la crisis institucional del pasado mes de julio -cuando las fuerzas de orientación islamista ganaron el pulso político a la inercia del kemalismo, representada por los militares- y Turquía ha entrado de nuevo en una situación aún más delicada. (...) Si Turquía lanzase una operación militar a gran escala se encontraría en una situación que sólo complace a los terroristas y favorece sus siniestros objetivos de implicar al país en el avispero iraquí. Pero si no lo hace y sigue habiendo ataques contra las tropas turcas en la frontera, entonces el Gobierno de Ankara se enfrentará a una creciente irritación popular que puede degenerar en cualquier momento en una convulsión interna de peligrosas consecuencias. Un conflicto añadido en esta parte del mundo no le interesa a nadie, ni a Turquía, ni a Irak, ni a Estados Unidos, ni a las relaciones entrelazadas entre los tres países. Los llamamientos a la prudencia que llegan a Ankara desde todas partes, EE.UU., la UE, la OTAN o incluso desde Bagdad, marcan el mejor camino a seguir en estos momentos. Turquía tiene razón en esta guerra contra los terroristas, pero debe responder siempre con las armas que le da la ley, aplicadas con inteligencia y no cediendo a las provocaciones de sus enemigos”.

Clave mediterránea

Le Monde, de París, con respecto al proyecto de una comunidad del Mediterráneo: “Sarkozy ha dramatizado los objetivos, con el fin de convencer a posibles participantes. En su opinión, la cooperación entre los países ribereños del Mediterráneo es el remedio contra las guerras culturales y religiosas y el arma clave contra el fundamentalismo. “Aquí nos jugamos el todo por el todo”, señaló. ¿Bastarán estas consignas proféticas para inducir a colaborar a los países del sur del Mediterráneo, cuya relación se ve marcada por el desconfianza y la hostilidad?”