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Izquierda alemana: momento de aprender de América Latina

Enrique López/ERS29 de agosto de 2007

Con motivo del viaje a Cuba de Oskar Lafontaine, ex dirigente del SPD y ahora líder de La Izquierda, DW-WORLD conversó con el portavoz de dicho partido, Wolfgang Gehrcke, sobre sus lazos con América Latina.

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Oskar Lafontaine, líder de La Izquierda alemana (Die Linke), pone la mirada en Latinoamérica.Imagen: picture-alliance/dpa

DW: ¿Tiene la visita de Oskar Lafontaine a Cuba un objetivo político especial? ¿Fue a despedirse de Fidel Castro?

Wolfgang Gehrcke: Lafontaine quiere informarse en Cuba principalmente sobre la situación del país, los potenciales de desarrollo y el estado de las relaciones europeo-cubanas. Alemania tiene una posición clave en el marco de la Unión Europea. Pero la actitud alemana en cuanto a la normalización y el levantamiento de las restricciones no puede ser considerada particularmente constructiva. Desgraciadamente, Alemania no se ha sumado a la postura de los gobiernos de España e Italia, que abogan por acabar con la política de sanciones de la UE hacia Cuba. Oskar Lafontaine visitará numerosas organizaciones que brindan ayuda humanitaria concreta in situ. Por ejemplo, iniciativas que velan porque los niños cubanos reciban leche cada día. Cuba es la primera estación de las visitas que Lafontaine se propone hacer a los nuevos gobiernos de izquierda de América Latina. Según mis informaciones, el estado de salud de Fidel Castro es bueno, de manera que no hay motivo para despedirse de él.

Usted es el portavoz del partido La Izquierda. ¿Como evalúa la política exterior del gobierno alemán en lo tocante a Latinoamérica?

Wolfgang Gehrcke, Außenpolitischer Sprecher der Linken
Wolfgang Gehrcke, portavoz de política exterior de La Izquierda.Imagen: picture alliance/dpa

La política del gobierno alemán hacia América Latina está marcada en parte por la indiferencia, en parte por una actitud de rechazo hacia la nueva tendencia latinoamericana hacia la izquierda. El gobierno cree que Alemania no tiene especiales intereses en América Latina, aparte de en Sao Paulo, la metrópoli económica brasileña, y México. Se cede el continente a Estados Unidos. Con pocos matices diferenciadores, el gobierno alemán comparte los objetivos políticos de Estados Unidos, que sólo contemplan el neoliberalismo como opción de desarrollo económico para el continente latinoamericano. Sin embargo, el neoliberalismo ha fracasado en América Latina. Allí donde se ha aplicado, dejó una huella de destrucción en el articulado social. Bajo ese dogma, unos pocos se han vuelto más ricos y la masa de la población, incluidos amplios sectores de la clase media, se han vuelto más pobres. Nadie cree ya en Latinoamérica en el bienestar para todos que prometen el neoliberalismo y la globalización sin límites. Se ha votado en su contra y están a la defensiva. En numerosos países, la población ha votado en elecciones democráticas por alternativas de izquierda al neoliberalismo. Y eso también vale para el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.

Europa debería actuar por lograr un mundo mejor junto a Latinoamérica, en una forma muy solidaria de cooperación, que centre la acción política en los intereses de la gente de Europa y América Latina. Proponemos que Europa erija una especie de relación económica con América Latina basada en la cooperación y los deseos de los propios países. A ello corresponde la superación de la pobreza mediante el desarrollo de los mercados internos. Aparte del desendeudamiento, América Latina necesita transferencia tecnológica para fortalecer su rendimiento económico.

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¿Cómo ve su partido, La Izquierda, a la llamada “nueva izquierda“ latinoamericana?

En todas partes de América Latina vemos amplios movimientos que luchan contra las consecuencias del neoliberalismo. En muchos países, ello ha conducido al triunfo de fuerzas de izquierda o progresistas en elecciones parlamentarias o presidenciales. Independientemente de que aspiren programáticamente a una orientación socialista más amplia o sólo demanden más independencia y soberanía, tienen en común proponer una política que conduzca a medidas sociales de emergencia y una eficaz política social a favor de los marginados. (...) Los gobiernos de izquierda de América Latina se sustentan en un nuevo bloque social hegemónico de amplio rechazo al modelo neoliberal impuesto.

¿Quién representa a esa izquierda, Bachelet, Chávez o Evo Morales?

Si hablamos de una perspectiva transformadora de la sociedad, este proceso es encarnado con mayor claridad por Morales y Chávez. Si hablamos de un cambio de tendencia política, que se aprte de la política neoliberal y aspire a una mayor justicia social en Latinoamérica, ese proceso también está representado por figuras como Bachelet y Kirchner. Todos ellos representan en sus países una política más dirigida a la justicia social, que se orienta hacia un refuerzo de la posibilidad de intervención del Estado.

¿Qué desafíos en común tienen las organizaciones políticas de izquierda en América Latina y Alemania?

Debemos luchar mancomunadamente por un mundo de convivencia solidaria, que brinde también un futuro a nuestros hijos. Nuestro mundo y nuestro futuro peligran por guerras y futuras hambrunas derivadas de la creciente escasez de alimentos a causa de catástrofes ecológicas. Al mismo tiempo debemos superar el analfabetismo, las enfermedades endémicas, la pobreza, la escasez de agua potable. Sólo podremos conseguirlo juntos en Europa y el llamado Tercer Mundo.

¿En qué campos puede contribuir su partido al desarrollo de la izquierda latinoamericana?

En la actualidad se trata de aprender de la izquierda de América Latina. Allí tienen lugar los cambios importantes y allí la izquierda tiene mucho éxito. La izquierda latinoamericana se ha convertido también en la impulsora de una nueva cultura política y contribuye en estos momentos a la revitalización de la opción del socialismo. Nuestro aporte debería ser volvernos igualmente exitosos.