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Sarkozy adelanta en la curva libia

Emilia Rojas / Agencias27 de julio de 2007

El acuerdo franco-libio de colaboración en el sector nuclear ha levantado una ola de suspicacias y críticas en Alemania, donde se recrimina al presidente galo correr con colores propios.

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Sarkozy y Gaddafi: acuerdos que inquietan en Alemania.Imagen: picture alliance / dpa

En la esfera política alemana cunde el malestar por lo que se considera una “escapada” del presidente francés, Nicolas Sarkozy. La idea de que Francia entregue tecnología nuclear civil a Libia inquieta en Berlín, en vista de que el régimen de Muamar el Gaddafi no es precisamente lo que pudiera definirse como una democracia confiable. “Tenemos gran interés en que la no proliferación de armas nucleares funcione” señaló el subsecretario alemán de Relaciones Exteriores, Gernot Erler, a un canal de televisión, precisando que por eso el uso extendido de tecnología atómica civil en Estados como Libia “es algo sobre lo que habría que discutir bajo el aspecto de la política de desarme”.

Reproches de “accionismo”

Alltag in Libyen Muammar el Gaddafi
Gaddafi dista de tener credenciales de buen demócrata.Imagen: AP

La discusión sobre la materia es precisamente lo que se echa de menos en Alemania, sobre todo tratándose de un asunto que podría incumbir a los intereses de seguridad europeos. Mucho menos diplomática fue la forma en que se expresó el jefe de Los Verdes germanos, Reinhard Bütikofer, quien calificó el proceder de Sarkozy de “accionismo desconsiderado, de tinte nacionalista”. El dirigente del partido ecologista acentuó aún más su crítica, señalando: “no me sorprendería que llegara dentro de poco a decir que Gaddafi es un perfecto demócrata”.

Desde el bando de los liberales, Werner Hoyer subrayó que la redefinición de las relaciones europeas con Libia “no es un asunto privado de Sarkozy”. A su juicio, Trípoli tiene derecho a utilizar la energía nuclear con fines pacíficos, pero “sería negligencia creer que el régimen de Gaddafi pudiera haber cambiado fundamentalmente de la noche a la mañana”.

Los intereses de Alemania

Más allá de las consideraciones de política exterior y de seguridad, los intereses alemanes se ven afectados directamente en el acuerdo al que llegó en principio Sarkozy con Gaddafi para erigir una planta nuclear en Libia, destinada a generar energía para un sistema de desalinización de agua marina. Ocurre que la construcción quedaría a cargo de la empresa Areva NP (filial del holding estatal francés Areva), en la que el consorcio germano Siemens tiene una participación del 34%.

Ein Kanzler in der Wüste
En 2004, el entonces canciller alemán, Gerhard Schröder, estuvo presente en la puesta en marcha de la planta de exploltación petrolera de Wintershall, filial de BASF, en Libia.Imagen: AP

Hasta ahora los vínculos económicos germano-libios se basan casi exclusivamente en el petróleo del país africano, que Alemania importó en 2006 por un monto cercano a los 5.000 millones de euros. En el sector petrolero, la empresa alemana Wintershall ya está activa en Libia desde hace tiempo. Pero el futuro promete mucho más, según los deseos germanos. Las empresas alemanas ciertamente tienen interés en llevarse una tajada de las grandes inversiones que Libia tendrá que hacer en materia de vías férreas, carreteras y sistemas de tuberías, que se encuentran en un estado bastante deplorable. De hecho, la propia Siemens trabaja ya en la planificación de un proyecto para la renovación de la red eléctrica y la filial de la empresa alemana de Ferrocarriles Deutsche Bahn, DE-Consult, elabora un proyecto para un trazado ferroviario de 1.700 kilómetros en Libia. Pero, en lo que a negocios concretos se refiere, Francia toma la delantera, no sólo por el acuerdo sobre el reactor nuclear: este mismo viernes se informó que el banco francés BNP Parisbas obtuvo el consentimiento libio para adquirir un 19% del Sahara Bank.