Alemania conmocionada por la detención de un joven alemán en Turquía
26 de junio de 2007
Para Marco Weiss, de 17 años de edad, una noche de romance se convirtió en pesadilla. El joven conoció a dos hermanas británicas en una discoteca en la zona turística de Antalya y coqueteó con una de ellas, Charlotte M., de Manchester, quien dijo tener quince años, cuando en realidad tenía 13. Tres días después ella lo llamó a su habitación de hotel. "Fue ella quien me besó primero, pero no llegamos a tener relaciones sexuales", afirmó el joven al diario turco Hürriyet. Un examen ginecológico confirmó que la chica sigue siendo virgen, sin embargo la madre de la chica se rehúsa a retirar la acusación de abuso sexual contra él.
El gobierno turco no cede
Marco, proveniente de la pequeña localidad de Uelzen, al norte de Alemania, se encuentra desde hace diez semanas en una cárcel de Antalya. Pese a que el ministro alemán del Exterior, Frank Walter Steinmeier, ha intercedido pidiendo a su homólogo turco, Abdula Gul, la liberación del joven, el gobierno turco se muestra inamovible. El negociador en el proceso de integración de Turquía en la Unión Europea, Ali Babacan, afirmó en Bruselas que el gobierno turco no puede, ni quiere inmiscuirse en un proceso legal. "Se hará todo para que el joven tenga un proceso justo", dijo.
Hasta la comunidad turca en Alemania intervino abogando ante la fiscalía turca por su liberación. Según las leyes turcas el Fiscal General puede pedir ante un tribunal que un detenido sea puesto en libertad. Marco mismo afirma que no es tratado mal, ni lo han golpeado, "lo único difícil es tener que compartir una celda, una regadera y excusado con tantas personas", afirma. El joven está recluído en un salón junto con unos treinta hombres, según la televisión alemana, entre ellos hay asesinos y violadores.
Solidaridad ciudadana
Una convocatoria espontánea lanzada por los medios de comunicación, reunió el fin de semana pasado 10.000 euros que serán destinados a cubrir los gastos del abogado. "Tenemos un fondo inicial con lo que la familia no tiene porqué preocuparse", dijo Patrick Firede, el portavoz de la convocatoria. Desde todas partes de Alemania llegaron llamadas de personas que se ofrecieron como voluntarios para recaudar fondos.
El caso revive los viejos clichés sobre Turquía y viceversa. "Un joven alemán es víctima de la arbitrariedad oriental, de la puritanería de Anatolia y es encerrado en una oscura mazmorra turca" sostiene el diario regional Neue Westfälischer. Pero también despierta viejos resentimientos en Turquía. "Las exigencias de Berlín muestran la mentalidad colonial, una imagen sobre Alemania que predomina entre los nacionalistas turcos", sostiene el mismo diario.