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Tschüss, monsieur Chirac

Luna Bolívar Manaut3 de mayo de 2007

La primera vez que se vieron de presidente a candidata a canciller, él le besó la mano. Ahora, ella lo despide con rosas. La historia entre Merkel y Chirac comenzó y acaba al más puro estilo de la galantería francesa.

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Chirac fue recibido en Berlín "como un amigo".Imagen: PA/dpa

La canciller alemana, Angela Merkel, y el todavía, aunque por poco tiempo más, presidente de Francia, Jacques Chirac, se hablan de tú. Ambos representan a dos países que durante el siglo XX fueron irreconciliables enemigos, que se enfrentaron cara a cara en la II Guerra Mundial y que después de ella lograron superar las diferencias y contribuir conjuntamente a la construcción de ese sueño que era una Europa unida.

En 2000, Chirac fue el primer presidente extranjero en pronunciar un discurso en la nueva sede del Reichstag, el Parlamento alemán, en Berlín. Por aquel entonces, Gerhard Schröder era canciller y Angela Merkel la presidenta del principal partido opositor, la Unión Democratacristiana (CDU). Siete años después, y tras 12 de mandato en el Eliseo, Chirac regresa a Alemania para que este país sea su último destino internacional como jefe de Estado. Una visita con un "importante valor simbólico", aclaró Chirac.

Como un buen amigo

Jacques Chirac in Berlin
El beso: una tradición.Imagen: AP

En sus 12 años en la presidencia, Chirac ha conocido a otros dos cancilleres antes que a Merkel, pero ninguno se llevó tantos besos como ella. Esta vez, uno por mejilla y dos en la mano, para seguir con el gesto que ya se ha convertido en tradición de estos encuentros. "Gran emoción", dijo haber sentido el président al recibir la invitación de Berlín. En la capital alemana, lo esperaba una bienvenida como se le da a un "buen amigo".

En lugar del batallón del Ministerio de Defensa que normalmente toca para las altas visitas extranjeras, a Chirac lo recibió la Brigada franco-alemana, en traje de combate. Sonó la Marseillaise y el himno alemán, y la Marche Lorraine a petición explícita del francés. Del jardín del mismísimo Konrad Adenauer, el primer canciller de la República Federal Alemana, procedían las rosas que Merkel le entregó.

Y después de los discursos, codillos de cerdo, puré de guisantes y cerveza para recuperar el aliento. La cena de despedida es de todo menos ligera. Como le gusta a Chirac.

Jacques Chirac in Berlin - Großbild
Chirac y Merkel conversan con los miembros de las Brigadas franco-alemanas.Imagen: PA/dpa

"Ya estoy aquí otra vez"

Jacques Chirac in Berlin
La Brigada franco-alemana: símbolo de la reconciliación.Imagen: AP

A Helmut Kohl, contó Chirac, "no lo conocí muy bien". Con Schröder no se entendió mucho al principio, hasta que los uniera la oposición a la guerra en Irak y la amistad cuajara al calor de los codillos de cerdo: "los mejores que he comido en mi vida", confesó Chirac, los degustó en la casa del ex canciller en Hannover. Hacia Merkel dijo sentir "cariño de todo corazón, altísima estima y respeto por encima de todo".

Chirac es el jefe de Estado que, en vida políticamente activa, más veces ha visitado Alemania. 32 en total. "Ya estoy aquí otra vez", solía decir cuando al descender del coche oficial ponía pie sobre suelo germano. Alemania y Francia se han necesitado mutuamente para muchas cosas en la segunda mitad del siglo pasado y principios de este. Motores económicos del continente, estos países han representado como nadie a la unidad de Europa.

Jacques Chirac in Berlin
Juntos construyendo Europa: Alemania y Francia se necesitan.Imagen: AP

Por ese trabajo conjunto ha querido Merkel agradecer a Chirac el esfuerzo realizado. Su política ha estado dirigida hacia la reconciliación de Alemania y Francia, dijo Merkel, y esa es la "condición básica para la unidad de Europa y lo que la hace avanzar". "Las buenas relaciones franco-alemanas", añadió Chirac a las palabras de Merkel, "han traído la paz a Europa y han reforzado la democracia. Ha sido un gran éxito. Un éxito que debe afianzarse en el futuro".

En estos momentos, Angela Merkel no es sólo canciller sino que ostenta además la presidencia de turno de la Unión Europea, con lo que el simbolismo de la visita adquiría aún más intensidad. "Bajo tu presidencia hemos logrado muchas cosas", alabó Chirac.

Cuando en 2000 el presidente francés habló ante los parlamentarios alemanes, su discurso terminó con un "¡Viva Alemania! ¡Viva Francia!". "¡Viva la amistad franco-alemana! ¡Vive l´amitier franco-allemand", quiso puntualizar hoy Merkel.