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Amenaza letal: la tuberculosis

DPA24 de marzo de 2007

Empieza como una tos aparentemente inofensiva. Se suman inapetencia, cansancio y transpiración nocturna. Síntomas en conjunto de una enfermedad que llega a ser mortal: la tuberculosis.

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Bacterias de la tuberculosis.Imagen: dpa

Según el Instituto Robert Koch (RKI), con sede en la capital alemana, Berlín, esta enfermedad infecciosa sigue siendo la más frecuente en el mundo en jóvenes y adultos. Unas dos millones de personas mueren por año víctimas de la tuberculosis.

Los expertos temen que a nivel mundial el número de enfermos continúe subiendo en los próximos años.

Pero la tuberculosis es conocida desde hace tiempo. La «peste blanca» causaba víctimas entre los antiguos egipcios y griegos, y devastó también en los siglos siguientes el norte de Europa.

Era considerada una de las peores enfermedades y afectaba ante todo a los pobres en las ciudades.

Un Nobel alemán

Hace 125 años, el 24 de marzo de 1882, hubo un punto de inflexión: el médico alemán Robert Koch fue el primero en describir el agente patógeno: la bacteria Mycobacterium tuberculosis.

Robert Koch in Afrika
El médico y bacteriólogo alemán, Robert Koch.Imagen: dpa

Hizo público su descubrimiento en un discurso que dio en el Instituto de Higiene ubicado en la Dorotheenstrasse 96 en Berlín, como lo recuerda una placa conmemorativa. Por su descubrimiento, recibió en 1905 el Premio Nobel.

Desde entonces se han logrado muchos avances. "Gracias a las mejores medidas de higiene y reglamentaciones legales, la cifra de enfermos bajó en muchos países considerablemente ya después de la Segunda Guerra Mundial2, dijo el secretario general del Comité Central alemán para la Lucha contra la Tuberculosis, Robert Loddenkemper.

«En los años 50 se desarrollaron finalmente antibióticos especiales, gracias a los cuales se pudo seguir limitando la propagación de la enfermedad», añadió.

Además se descubrió que también los vacunos podían contraer la tuberculosis y contagiarla a los seres humanos. Con la introducción del proceso de pasteurización de la leche, la enfermedad sufrió un nuevo golpe.

Pese a todo esto, la tuberculosis aún no fue derrotada. Ante todo países africanos, del sur y este de Asia, algunas naciones latinoamericanas y ex repúblicas soviéticas están fuertemente afectadas.

Según el RKI el 95 por ciento de los casos de tuberculosis se registran en países en vías de desarrollo. Los países industrializados tienen un riesgo mucho menor, pero no están exentos ante todo por la migración de las personas desde regiones en las que existen casos de tuberculosis.

«Uno de los problemas más grandes en la lucha contra la tuberculosis son las bacterias que son resistentes a varios o hasta a todos los medicamentos», explicó Loddenkemper. Eso sigue manteniendo a los científicos en todo el mundo ante enigmas.

Aún cuando los científicos han podido combatir con éxito epidemias como la peste y el cólera, siguen sin poder vencer a la diminuta bacteria de la tuberculosis.

Una mezcla letal

Particularmente en peligro están las personas cuyo sistema inmune está debilitado por el virus del sida. Así, en África, la tuberculosis es junto con el sida la causa más frecuente de muerte.

El objetivo de las investigaciones actuales es simplificar el diagnóstico así como elevar la efectividad de los medicamentos.

Uno de los científicos líderes en esta área es el inmunólogo y director del Instituto Max Planck de Biología Infecciosa en Berlín, Stefan Kaufmann. Él trabaja en una vacuna para proteger a los humanos ante la tuberculosis.

"La vacuna debe activar y fortalecer la propia defensa inmune del cuerpo", explicó Kaufmann. Ya en la actualidad, sólo el 10 por ciento de los infectados desarrolla la enfermedad.

Tuberkulose-Bazillen
Imagen: AP

En otros casos, el cuerpo se puede defender con éxito del agente patógeno: cuando las bacterias son inhaladas a través del aire y llegan a los pulmones, son atrapadas por células especializadas (macrófagos) y quedan en el interior de la célula.

Sin embargo, las bacterias no mueren, sino que quedan adormecidas en el cuerpo y pueden desencadenar tuberculosis varios años después.

Eso es lo que se busca evitar con la nueva vacuna. Hasta que esté lista, puede pasar todavía bastante tiempo: como temprano en 10 años, según estima Kaufmann, será lanzada al mercado un arma efectiva contra la tuberculosis.