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Steinmeier: disculpas comprometedoras

Emilia Rojas Sasse29 de enero de 2007

Mientras la fiscalía estudia si hay méritos para dar curso a una querella particular contra el Ministro de RR.EE. alemán por el caso Kurnaz, surgen reproches en su contra desde las filas de la coalición de gobierno.

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¿Se tambalea el jefe de la diplomacia alemana?Imagen: AP

¿Cuál fue el papel que realmente le cupo en la odisea de Murat Kurnaz al entonces jefe de la Cancillería y hoy ministro de Relaciones Exteriores de Alemania? ¿Hubo o no una oferta de parte estadounidense de liberar de Guantánamo al joven de origen turco, nacido y radicado en Bremen? Y, si la hubo, ¿se la discutió a nivel de servicios de inteligencia o en el ámbito de reparticiones gubernamentales, como el ministerio del Interior y la Cancillería? Todas estas preguntas siguen sin obtener una respuesta definitiva. Pero las críticas se multiplican, más aún después de que el jefe de la diplomacia germana intentara defenderse, declarando a Der Spiegel que "hoy no tomaría una decisión distinta".

El tiro por la culata

Si lo que Frank-Walter Steinmeier quería era salir del atolladero político en que va sumiéndolo este caso, el tiro le salió por la culata. Porque su argumento de que Kurnaz era considerado un peligro para la seguridad no hace más que acentuar la sospecha de que efectivamente en Berlín se decidió no aceptar la puesta en libertad del prisionero, que permaneció desde febrero del 2002 hasta agosto del 2006 recluido en Guantánamo, sin haber cometido delito ni haber sido sometido a proceso. Y ése es el meollo del asunto, independientemente de si el joven de origen turco representaba una amenaza. Por lo demás esto resulta muy discutible: de acuerdo con informaciones que publica el Berliner Zeitung, los servicios secretos alemanes lo catalogaron de inofensivo en un documento que habría sido entregado al Ministerio del Interior en octubre de 2002.

Las declaraciones de Steinmeier han causado molestia en sectores de la Unión Cristianodemócrata (CDU), al punto de que ahora también se formulan críticas desde el seno de la coalición de gobierno. El máximo representante de ese partido en la comisión parlamentaria que investiga las actividades del servicio secreto alemán y sus vínculos con la CIA, Hermann Gröhe, puso los puntos sobre las íes al señalar: "Si sobre la base de una sospecha de peligrosidad se hubiera aceptado que Murat Kurnaz siguiera permaneciendo en Guantánamo, se habría asumido en el fondo el concepto de Guantánamo, reñido con el Estado de Derecho". Igualmente hizo notar que semejante actitud estaría "en crasa contradicción con el hecho de que políticos la coalición de socialdemócratas y verdes (con la que gobernó Schröder) condenaron reiteradamente ese campo de reclusión".

Tormenta en el horizonte

También desde las filas de la actual oposición sube el tono de la crítica. El jefe del Partido Liberal, Guido Westerwelle, afirmó que Steinmeier está mostrando "un grado atemorizante de obcecación en lo tocante al tema Estado de Derecho y derechos humanos". Al mismo tiempo, exhortó al ministro a declarar lo más pronto posible ante la comisión investigadora del Bundestag. Lo mismo demandó la jefa de Los Verdes, Claudia Roth. Por ahora está previsto que dicha comisión parlamentaria no lo cite antes de marzo pero, de seguir arreciando la polémica, tal plazo parece excesivo.

Los barómetros políticos anuncian chubascos para el ministro de Relaciones Exteriores, aunque el vicecanciller Franz Müntefering (socialdemócrata como Steinmeier) asegure que el gobierno lo respalda en pleno y que el asunto no enturbia el trabajo de la coalición. Porque, si el caso cobra mayores dimensiones, es posible que la CDU opte por desmarcarse de la defensa colectiva, aunque Steinmeier sea considerado todavía una pieza clave en el gabinete de la canciller Angela Merkel.