Otro Mundial para Alemania
18 de enero de 2007
Dos equipos de siete jugadores frente a frente. Un balón y dos porterías. El objetivo, marcar goles. La prohibición, usar los pies (siempre y cuando no sea para correr). El juego se desarrolla rápidamente. Los tantos caen sin cesar. No es extraño que el marcador acabe con resultados que superan para ambos combinados la decena de goles.
El balonmano no es un deporte de masas, ni es un deporte mundial. Pese a tener su hueco en las competiciones olímpicas, el juego sólo está extendido en Europa, el norte de África, Corea del Sur, Japón y Sudamérica. Y ni siquiera en todos los países de estas regiones el usar las manos para batir la portería está visto con buenos ojos. En Europa, por ejemplo, a los puristas ingleses jamás se les ocurriría pensar que la pelota pueda estar hecha para otra cosa que no sea patearla.
Pese a todo, el balonmano tiene sus seguidores, sus equipos, sus estrellas, sus selecciones nacionales y sus campeonatos: nacionales, regionales o mundiales, como el que tendrá lugar en Alemania del 19 de enero al cuatro de febrero.
¡Qué vuele el balón!
El pitido inicial se escuchará en Berlín y el partido enfrentará al combinado anfitrión, Alemania, con Brasil. ¡Qué vuele el balón! Porque en el balonmano la pelota surca el aire de jugador a jugador y, como mucho, tiene permitido un solo bote sobre el suelo.
Alemania compite en el grupo C, formado por, además del primer enemigo Brasil, Polonia y Argentina. La principal estrella de la selección germana es su entrenador, Heiner Brand, un viejo conocido de los parqués abrillantados del balonmano, considerado el mejor defensa del mundo durante la "edad dorada" del balonmano alemán, allá por los años 70.
En total, 24 selecciones nacionales tratarán de hacerse con el título mundial en Alemania, repartidas en seis grupos. Los favoritos para proclamarse campeones son Francia, Croacia y España, junto a los germanos si se les suma el punto adicional que les otorga el jugar en casa. Aparte de los mencionados Argentina y Brasil, ningún otro país latinoamericano está representado en el Mundial de Balonmano 2007.
Sueño de invierno
Tras un Mundial de Fútbol de los que hacen historia, los alemanes intentan en todo evento deportivo que pasa por sus ciudades revivir algo del ambiente reinante durante la competición del balompié, celebrada el pasado verano.
Abundan durante estos días las comparaciones entre el carismático Jürgen Klinsmann, el entrenador que logró elevar a todo un equipo y a toda una nación a la euforia futbolística, y Heiner Brand, quien para dar un poco más de vida a los paralelismos ha anunciado que desea retirarse tras el Mundial de Balonmano y que espera que el campeonato despierte un "sueño de invierno", en alusión al "sueño de verano" que recibió como nombre el Mundial de Fútbol 2006.
Difícilmente el balonmano podrá despertar la expectación levantada por el fútbol, y no se espera que las calles se llenen de seguidores como sucedió entre junio y julio de 2006. Sin embargo, y aunque durante este Mundial no habrá fanmeiles, se instalarán pantallas gigantes en las cercanías de los estadios y un director infiltrado entre el equipo nacional alemán grabará un documental, tal y como sucedió durante el Mundial de Fútbol.
Todo menos el resultado quieren copiar lo balonmanistas alemanes de sus compañeros del balompié. Esta vez, aunque el reto sea grande, los germanos esperan ser campeones. Además, Italia no juega.