Un hombre peligroso

The Guardian, de Londres: "Sin duda Sarkozy representa el corte con diferentes aspectos de una versión fracasada del gaullismo, que figura el actual presidente en turno Jacques Chirac. Se trata de un contrincante que no conoce tabúes. Su candidatura significa una despedida del modelo económico y social centralista, que dominó ambos bandos en la política francesa del Siglo XX.

Lo novedoso no es suficiente. Sarkozy provoca y no tiene escrúpulos. Su programa es una combinación de discurso populista contra inmigrantes, conservadores de la clase media y la regulación amplia de la economía. No es un modelo para el Siglo XXI, y ninguno a seguir por Gran Bretaña."

Duelo Sarkozy-Chirac no ha terminado

Der Standard, de Viena: "Desde el punto de vista político la ceremonia fue un acto formal, desde el punto de vista simbólico marca una estación importante en el ascenso de un estratega político ambiciosos y sagaz, que ha sabido imponerse durante los últimos años en el mar plagado de tiburones que es la política francesa, a pesar de que sus compañeros de partido no escatimaran esfuerzos por frenarlo, a la cabeza su antiguo mentor, Jacques Chirac, con el que el ministro del Interior se encuentra en batalla visceral y edipal. Este duelo no ha finalizado. No debería subestimar el potencial de lucha de Chirac, que ya lo ha utilizado en el pasado sin mayores miramientos contra representantes de sus propio equipo cuando así le parecía oportuno."

Imagen renovada

La Repubblica, de Roma: "Unas cuantas lágrimas reprimidas y mucha modestia, para que se olvide su tono agresivo, así como un discurso "ecuménico" con el que pretende seducir también al electorado de izquierda (...): Nicolas Sarkozy retó oficialmente a Ségolène Royal ante 80.000 seguidores entusiasmados. Se despojó del traje de líder de una derecha extrema, para ponerse el de un hombre abierto al diálogo que quiere unir a Francia (...). Con ese talento innato para la escenificación (...) para presentarse a la opinión pública sin la imagen del `máximo policía de la nación´, el sabelotodo impulsado por la ambición."

Este hombre es peligroso

Libération, de París: "Este hombre es peligroso, especialmente para la izquierda. No es ni el Cesar, ni el Napoleón que suele verse en él. Elegido por mayoría casi absoluta por los seguidores de su bancada, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, es su propio jefe y dirige el barco del conservadurismo moderno. La energía, el talento y la organización le ayudaron a lograr este triunfo. Sostiene la rienda en las manos y eso tranquiliza. Se definen bien los peligros. Un campeón que domina los medios lo mismo que al Estado y sus discursos; una maquinaria que despierta miedo."