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Ratifican condena a muerte de Saddam Hussein

26 de diciembre de 2006

La Justicia iraquí confirmó la condena a morir en la horca dictada en primera instancia contra Saddam Hussein. La sentencia aún debe ser firmada por el presidente de Irak, Yalal Talabani, y sus dos adjuntos.

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Saddam Hussein: más cerca del patíbulo.
Saddam Hussein: más cerca del patíbulo.Imagen: AP

Tal como cabía prever, la apelación de Saddam Hussein no fructificó. La máxima instancia judicial iraquí confirmó que ha de ser ahorcado por la matanza de 148 chiítas en cometida en 1982. Todavía está en marcha otro proceso en su contra por genocidio contra los curdos y hay quienes piden que la sentencia no se cumpla hasta conocerse el desenlace del juicio. Pese a ello y a que todavía falta la ratificación del presidente Yalal Talabani y los dos vicepresidentes, pocas esperanzas le quedan al ex dictador. Porque, según las leyes iraquíes, la condena debería ser ejecutada en un plazo de 30 días.

Rechazo a la pena de muerte

Las reacciones internacionales de seguro no diferirán mayormente de las que provocó la condena en primera instancia, a comienzos de noviembre. Para la Unión Europea, el rechazo a la pena de muerte es cuestión de principios, independientemente de los crímenes que haya cometido el condenado. En el caso de Saddam Hussein, se suman a ello las dudas manifestadas por organizaciones de derechos humanos cuanto a la limpieza del juicio. Amnistía Internacional, por ejemplo, ha hecho notar que el proceso no estuvo exento de influencias políticas.

En suma, los llamados a suspender la ejecución de Saddam volverán a resonar en esta parte del mundo, aunque con más que dudoso resultado. Porque la única potencia que realmente estaría en condiciones de ejercer la suficiente influencia como para impedir que el ex dictador sea llevado al patíbulo, Estados Unidos, sigue siendo partidaria de la pena de muerte, que practica haciendo oídos sordos a todos los llamados internacionales en pro de su abolición. Es más: el propio presidente George W. Bush se hizo tristemente célebre en sus épocas de gobernador por aplicarla sin grandes contemplaciones.

Otras consideraciones

Queda pues la pregunta de si los intereses políticos en juego podrían evitar a Saddam Hussein la muerte en la horca. O, dicho de otra forma, habrá que ver cómo se evalúan las consecuencias que podría acarrear su ejecución. Hay quienes piensan que echará aún más carbón a la hoguera de la violencia iraquí, azuzando de la rebelión de los sunitas que, de por sí, se sienten perdedores con el vuelco provocado por la intervención estadounidense. Otros, en cambio, estiman que la situación difícilmente pueda deteriorarse aún más de lo que está.

Sea como fuere, a nivel de la opinión pública occidental está claro que el rechazo a la intervención en Irak no equivale a sentimientos de compasión hacia el ex dictador. Según una encuesta realizada en Internet por France 24 y Le Monde, la mayoría de los entrevistados se mostró a favor de que se lo ejecute. El mayor grado de aprobación se registró en Estados Unidos (82%9 y Gran Bretaña (69%). Incluso la mayoría de los franceses (58%), alemanes (53%) y españoles (51%) son partidarios de que la sentencia se haga efectiva. Los únicos que sacaron la cara por los valores que proclama la Unión Europea en la materia fueron los italianos que, por estrecha mayoría, rechazan la aplicación de la pena de muerte a Saddam Hussein.