Cambio de mando en Suecia

Al margen de breves interrupciones, los socialdemócratas han gobernado Suecia por casi 70 años. El país se encuentra en buena situación, la economía es estable, el presupuesto está equilibrado, las tasas de crecimiento superan el 4%. No obstante, la ciudadanía votó por el cambio. Con algo más del 48% de los votos, la alianza de centro-derecha configurada cristianodemócratas, liberales, conservadores y el Partido de Centro, logró superar por casi 2 puntos porcentuales a la coalición del centro-izquierda de Goran Persson, quien de inmediato presentó su renuncia.

Reformas moderadas

Frederik Reinfeldt, de 41 años, se convertirá en el primer ministro sueco más joven que Suecia haya tenido desde 1858. Pero ese no es su único mérito: el político moderado consiguió en pocos años reorientar a los sectores conservadores hacia el centro del espectro político, dejando de lado planes drásticos de reforma que habrían podido ahuyentar a parte considerable del electorado. En Estocolmo, observadores políticos estiman que el resultado electoral no equivale pues a un rechazo del modelo actual, de un robusto sistema de seguridad social con una dosis de capitalismo, sino más bien al deseo de hacer ajustes.

Uno de los principales problemas del gobierno saliente fue que, pese a la buena coyuntura económica, no se generaron nuevos puestos de trabajo. Las cifras oficiales sitúan la tasa de desempleo en un 6%. Sin embargo, si se le sumaran todos aquellos jubilados anticipadamente, los que llevan largo tiempo con licencia por enfermedad o los que se capacitan para cambiar de oficio, el porcentaje se elevaría a cerca de un 17%. Y esa fue, justamente, la cuenta que sacó durante la campaña la ahora triunfante centro-derecha.

Los planes de Reinfeldt

"Lo principal es la creación de empleos. Sólo con más trabajo podremos sostener el estado social", aseguró Frederik, quien se muestra convencido de que los altos subsidios de desocupación no incentivan a los desempleados a buscar trabajo. En consecuencia, proclama que el trabajo debe volver a ser más atractivo que vivir de los sistemas de seguridad social. En la práctica, su programa incluye recortes de subsidios, los que posibilitarán también reducciones tributarias.

En cuanto a la política exterior, la alianza de centro-derecha postula también insertar con más fuerza a Suecia en estructuras nacionales. Reinfeldt es partidario, por ejemplo, de incorporar al país a la OTAN, si la idea cuenta con el respaldo de la población. También dentro de la Unión Europea aspira a asumir un papel más vigoroso, si bien no está contemplado todavía celebrar otro referéndum sobre la adopción del euro, que los suecos rechazaron en el año 2003.