Expertos responden a cien preguntas claves

Con una plataforma global en la red y un encuentro en el centro de Berlín en la llamada "Mesa redonda de las voces libres" se lanzó el 9 de septiembre un proyecto sin antecedentes, por sus dimensiones y por sus objetivos: reunir pensadores del mundo entero para que traten de hallar respuesta a temas sociales de gran envergadura.

‘Dropping Knowledge – The living library’ (“Desparramando conocimiento – La biblioteca viviente”), pretende dilucidar temas que conmueven a los seres humanos. Valiéndose de las posibilidades de la era digital, Ralf Schmerberger, de 41 años, se decidió a pasar de la contemplación a la acción y dio el toque inicial para formar un compendio de sabiduría virtual tan apasionante como complejo, y que poco a poco está dándose a conocer y ganando entusiastas en todo el globo.

“Hay que hacer algo”

La idea nació en 2003. Comenzaba la guerra de Irak y Schmerberg rodaba un documental sobre movimientos pacifistas en los EE.UU. Entonces constató, según cuenta a Der Spiegel, que “la situación de los grupos civiles que trabajaban para cambiar la sociedad era lamentable”. Se le ocurrió que había que actuar, no ya empuñando el símbolo de la paz, sino a través del teclado de una computadora. Creó la página virtual droppingknowledge.org y contactó a diferentes personajes del mundo de la política y el arte para difundir la idea.

Ésta consiste en posibilitar a la gente hacer preguntas sobre todo lo que se les ocurra y compartirlas con los demás en un foro de internet. De todas las preguntas se elegirían las más importantes, que serían respondidas luego por expertos de todas las áreas. Viajando por el mundo llevó su mensaje a sitios donde la población no tiene acceso a la red y realizó entrevistas personales.

El proyecto está dirigido a la gente y está hecho por la gente. Las preguntas son diversas, algunas sorprenden por su inocencia, tal vez precisamente porque en el mundo globalizado algunas preguntas parecerían estar ya respondidas de antemano. Las preguntas son el comienzo de todo cambio, y la intención es que la gente vuelva a la sana costumbre de preguntar, preguntarse y replantear problemas.

Es una forma de acabar con la apatía, reiniciar el diálogo o comenzarlo allí donde nunca existió. El proyecto, la página web y el honorario de los empleados está financiado por donaciones, entre ellas de la compañía de seguros alemana Allianz. Además, Ralf Schmerberger, que en su juventud fue publicista estrella de empresas como Adidas, es el mecenas.

Preguntar por el trasfondo de las cosas

En total el proyecto reúne a cien personas que dan respuesta a más de 30.000 preguntas. ¿Cuál es el invento más importante del mundo? ¿Cuáles son los tres valores básicos que deben transmitirse en la educación? ¿Es un crimen matar a un asesino? ¿Cuánto vale la vida? ¿Qué religión profesa Dios? O preguntas más elementales, como la de Sima, una joven de 17 años que vive en un vertedero de basura de Bombay: “¿Podrían ayudarnos? Tenemos problemas para conseguir agua potable.”

En el Bebelplatz de Berlín se encontraron en la mesa redonda más grande del planeta, de unos 110 metros de diámetro, entre otros, el ex embajador de Israel, Avi Primor, los cineastas Fernando Solanas y Wim Wenders, y la activista Bianca Jagger. Los ‘expertos’ respondían individualmente a una pregunta y eran registrados por una de las 112 cámaras, que transmitían en vivo el evento en la página web.

Un desafío que recién comienza

Está claro que semejantes preguntas no se responden en pocas palabras, y que los temas tratados dan para más de un encuentro de estas características. Pero lo cierto es que el objetivo del evento es más que nada abrir una puerta al pensamiento sobre el sentido del desarrollo humano y sus consecuencias. Para que el desarrollo tecnológico no deje al rezago a la evolución humana, y para que la gente vuelva a cuestionar el por qué de ciertas situaciones, y no las acepte sin más, como algo preestablecido.

“Las preguntas son la semilla de esta plataforma de conocimiento”, dice Schmerberger, quien piensa que esto es sólo el comienzo del diálogo. Los colaboradores del proyecto han compendiado ya 25 mil problemas en un catálogo de ‘problemas que preocupan a la sociedad global’. El foro está abierto a todos y en todo el mundo, y para participar sólo hay que intercambiar opiniones y expresar posibles soluciones. “La idea es crear algo inigualable hasta el momento. La experiencia de navegar así en internet debe ser diferente de todo lo conocido”, dice Erik, un francés que trabaja en ‘dropping knowledge’.

De hecho, en la página no es necesario ingresar una palabra para buscarla, sino que se ofrece un árbol de temas al usuario, con enlaces directos a diversas fuentes de información, ONGs y a Wikipedia. Los temas van desde ‘Gender’ (Género), o ‘Childhood’ (Niñez) con temas relacionados como abandono, bulimia, abuelos, pedofilia, pornografía infantil, entre muchos otros.

A pesar de que pueda decirse que tiene pretensiones de ‘oráculo global’, seguramente la iniciativa de Schmerberger no deja de ser una piedra de toque para el diálogo de civilizaciones y culturas, cuya urgencia resulta innegable.