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Daniel Barenboim: música en lugar de guerra

Susana Helfgot9 de septiembre de 2006

Una vida de artista y pedagogo fascinante y una postura política controvertida: “La guerra es suicida para Israel y para los demás”, afirma Barenboim.

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El director argentino-israelí Daniel Barenboim dirige en Andalucía la orquesta West-Eastern Divan compuesta por israelíes, árabes y españoles.Imagen: AP

Si echamos un vistazo a la agenda de Barenboim de 2006, sentimos vértigo: el 11 de enero, concierto en Múnich; el 12, en Bruselas; el 14 en Zúrich; el 15, en Madrid; el 17 en Barcelona; el 19 en París; el 21, en londres; el 25 en Berlín y así siguiendo sin solución de continuidad.

Pero en su postura conciliadora y pacifista, Barenboim no escatima esfuerzos en demostrar al mundo que el conflicto del Oriente Medio no es la última palabra en las relaciones entre árabes e israelíes.

Daniel Barenboim, niño prodigio, virtuoso pianista y director de orquesta israelí, en la cúspide del mundo musical, nació en Buenos Aires de padres músicos inmigrantes rusos judíos. A los siete años hizo su debut pianístico. Desde 1991 es director estable de la Chicago Symphony Orchestra y desde 1992, director artístico y musical de la ópera “Unter den Linden”, de Berlín.

Orquesta para la paz

Kunstfest in Weimar Daniel Barenboim
Ensayo de la West-Eastern Divan Orchestra con Barenboim el 28 de agosto en Weimar durante la gira de 2006.Imagen: AP

En 1999, juntamente con Edward Said -profesor de literatura, escritor, crítico literario y músico, cristiano palestino nacido en Jerusalén que estudió en Egipto y EEUU, fallecido en 2003- fundó la orquesta West-Eastern Divan, integrada por israelíes, palestinos, egipcios, sirios, libaneses, jordanos, que se reúne todos los veranos para estudiar unas semanas juntos y luego salir de gira por distintos países.

Un proyecto fascinante, comprometido y dificultoso para compartir el desarrollo musical y la comprensión entre culturas, que tuvimos el honor de apreciar este año por primera vez en Colonia, Alemania.

Diálogo y comunicación son la alternativa

Geigenunterricht im Kindergarten
Educación musical preescolar en Alemania.Imagen: picture-alliance/ dpa

La música es su vida, “es un arte que traspasa toda frontera”, dijo Barenboim ante el Parlamento israelí al recibir el premio Wolf que se otorga a científicos y artistas en vida por sus logros en interés de la humanidad y de las relaciones fraternas entre los pueblos. Barenboim está convencido de que “con ayuda de la música se puede mejorar el mundo, superando prejuicios, cambiando la imagen del enemigo, encontrando nexos en las diferencias, contribuyendo a la reconciliación”.

“A pesar de los conflictos de Medio Oriente, hacemos música tan bien como siempre o mejor” –dijo Barenboim en la entrevista en Colonia para Deutsche Welle con mi colega Breandáin O’Shea- “pero humanamente es muy difícil por un lado estar en guerra el uno con el otro y por otro, hacer música juntos. Hay una necesidad clara de hacer este proyecto sólo a causa del conflicto”, agregó. “Si no hubiera conflicto, se podría hacer un proyecto un año en Damasco, otro en Tel Aviv, o donde sea”.

No hay solución militar

Barenboim no hace política pero tiene la valentía de expresar su opinión abiertamente: “Pienso que la guerra es suicida para Israel y para los demás. No hay una solución militar, porque los destinos de israelíes y palestinos están conectados inextricablemente. La solución sólo se puede lograr a través de negociaciones y de aceptar por fin la narrativa de los otros, aunque no sea por el propio contenido de la narrativa, al menos por su legitimidad”.

Educación por y con la música

“Sin música, el mundo sería un error”, dijo Nietzsche, idea que Barenboim comparte. A su juicio, “la educación musical está en crisis en el mundo entero. La música se separa cada vez más de la vida social y cultural y se aprecia como algo muy especializado”, sostiene.

Y como es típico en Barenboim, pasó del pensamiento a la acción y creó un jardín musical de infantes en Berlín. “Más que de educación musical, se trata de educación por la música y con la música. A través de la música, los niños aprenden cosas sobre y para la vida, como disciplina, pasión, distribución del tiempo”, concluye.