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En hora buena Cataluña

DW-WORLD19 de junio de 2006

Los catalanes han refrendado el texto del nuevo Estatuto de Autonomía. Las urnas han arrojado un voto afirmativo masivo que no permite albergar duda alguna sobre el resultado de la consulta. La prensa europea opina:

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Primer Ministro español, José Luis Zapatero, amigo de reformas.Imagen: AP

Salzburger Nachrichten, de Austria: "Entregar el poder no le resulta fácil a ningún político y a ningún estado. Tanto más honorable resulta que el primer ministro de España, José Luis Zapatero, tan amigo de reformas, de un nuevo impulso a la tan requerida descentralización del reino. Con la mayor auto-administración de la región de Cataluña, cuyas playas arenosas de la Costa Brava atraen a millones de turistas extranjeros, también España se esfuerza por dar mayor poder a sus ciudadanos y los gobiernos regionales. Un paso importante en la joven democracia española, que todavía padece las reminiscencias de la dictadura franquista. (...) Por lo mismo la mayor independencia de Cataluña no es más ni menos que un paso que debe aplaudir Europa tan promotora de la democracia civil."

Jornada histórica para Cataluña

Corriere della Sera: "El nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña que amplia la auto-administración de la región más rica de España fue aprobada por mayoría absoluta (...), pero la escasa participación electoral no puede satisfacer al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. (...) Por lo visto el largo camino del Estatuto y las difíciles negociaciones han agotado al electorado. Aún así el jefe de Gobierno de Cataluña, el socialista Pasqual Maragall tiene razón cuando afirma que la jornada de ayer es " histórica" para Cataluña, la más importante después de la declaración de la Constitución."

Estatuto ratificado a pesar de todo

El País, de Madrid: "El nuevo Estatuto llega con menos consenso por parte de los partidos parlamentarios que el anterior, con menor participación de los ciudadanos y con menos votos afirmativos. Pero las épocas son muy distintas, y en 1979 lo que estaba en juego era la mera posibilidad de que Cataluña tuviera autonomía, mientras que ahora se trataba de elegir entre aquel Estatuto y el nuevo. Ya en aquella ocasión, la ratificación de la naciente autonomía suscitó ocho puntos menos de participación que la ratificación de la Constitución un año antes, abriendo una línea de comportamiento dual, todavía no corregida, en la que las elecciones generales suscitan mayor participación que las autonómicas. La consulta de ayer ratifica una vez más este voto dual de los catalanes que debiera preocupar a los partidos, en la medida en que revela que hay una parte de la población que se inhibe de la autonomía y sólo se moviliza en las elecciones y consultas generales.

El debate sobre la legitimidad del resultado de ayer se prolongará muy pronto en las elecciones autonómicas anticipadas que se celebrarán en otoño, y en las que se elucidarán las cuentas políticas que los cinco partidos catalanes tienen pendientes con los ciudadanos. Será en algún aspecto la segunda vuelta del referéndum, en el que los ciudadanos tendrán la ocasión de entrar en detalles respecto al peso de cada partido. Paso previo, y del mayor interés, será saber cómo resuelve el PSC su dilema entre presentar como candidato a la presidencia a su actual secretario general y ministro de Industria, José Montilla, tal como desea el conjunto del socialismo (tanto el PSC como el PSOE), o presentar de nuevo al actual presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, mejor tratado por las encuestas pero repudiado por gran parte de la opinión socialista y por el interés de CiU.

La mayoría apabullante de votos afirmativos, junto a la baja participación, no permite decantar la lectura de estos resultados a favor de ninguna de las dos candidaturas. En cambio, si algo se puede deducir es que, a pesar de todo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha salido con la suya (…) la proporción de votos afirmativos recogidos ayer en las urnas se corresponde con las preferencias de los ciudadanos catalanes por Zapatero, mientras que la suma de los que preferían a Rajoy (8,5%) y quienes no tenían opinión se corresponde con los votos negativos."